Nicolás Maduro reportó la captura en la localidad de Elorza, estado Apure, de alias “José Peligro”, afirmando que se trata del jefe del grupo paramilitar que operaba en la zona fronteriza colombo-venezolana.
“Hemos capturado a este paramilitar con dos de su lugartenientes”, precisó Maduro y añadió que “este paramilitar fue trasladado a Caracas y declaró que había salido de su guarida, en territorio colombiano, para venir a Caracas a un plan desestabilizador, que busca generar terrorismo y violencia en el país”.
Según Maduro la captura se produjo en el marco de la Operación Gran Cacique Indio Guaicapuro y destacó que en desarrollo de esta operación en los últimos meses se han combatido grupos paramilitares colombianos, que buscan crear terror en la frontera con Venezuela.
Aseveró que la derecha golpista venezolana, “armaba y financiaba a las bandas que operaban en la Cota 905 y sus alrededores, para generar acciones de violencia que desencadenarán en una guerra civil”.
Por su parte, la vicepresidenta del régimen, Delcy Rodríguez, señaló que la detención del jefe paramilitar colombiano fue “un golpe estratégico para la mafia, en la defensa de la tranquilidad de nuestro pueblo”.
Asimismo, señaló que “sabemos de la zozobra de las parroquias aledañas a la Cota 905 y el terror que sentían sus habitantes frente a estos grupos que salían a generar violencia. Es un proceso de desestabilización para apoderarse del territorio venezolano para el narcotráfico”.
En esta misma línea, Maduro recordó los acontecimientos del 30 de abril de 2019 y señaló que “son los mismos de 2019 y los del 03 de mayo de 2020, que fueron derrotados por la unión cívico-militar-policial y por la Revolución Bolivariana (…) estamos adelantando las investigaciones con las pruebas que aparecen en este operativo, para capturar a los responsables”, concluyó.
Durante su discurso, Maduro también se refirió a los enfrentamientos en el oeste de Caracas entre el miércoles y el viernes pasados en los que fallecieron tres agentes de la Policía Nacional Bolivariana (PNB) y uno de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB, policía militarizada).
Dijo que en una estrategia articulada por la extrema derecha, estructuras criminales de la Cota 905, ubicada en Caracas, pretendían «generar una insurrección armada desde los barrios, disparar la violencia y desencadenar una guerra civil entre venezolanos».
Maduro detalló que el ataque terrorista en el sur de Caracas era parte de una operación planificada para el 24 de junio y el 5 de julio, destinada a sembrar zozobra en la población e impulsar el asalto ilegal al Palacio de Miraflores.
«Desde Colombia que es donde se dirige, se planifica y desde Madrid que es donde se financia creían que ese era el plan para rendir al pueblo, a las fuerzas policiales y militares, al gobierno revolucionario y que por esa vía iban a entrar en columna armada al Palacio de Miraflores y entregárselo al príncipe de Madrid (Leopoldo López)», enfatizó.
Explicó que, actuando como «agentes del imperialismo en la política nacional», sectores de la ultraderecha «estaban moviendo piezas, algunas que están todavía bajo investigación y son secretas».
«El plan principal, luego de una cadena de eventos el 24 y el 25 de junio, era un ataque terrorista, paramilitar, delincuencial en el corazón del sur de Caracas», reiteró.
El Dignatario subrayó que, gracias a acciones preventivas de protección del desfile cívico-militar del 5 de julio, se logró «disolver el arranque del plan».
«Esa acción que se tomó de protección, trastocó el arranque del plan que era el propio 5 de julio, para manchar la celebración. Así mancharon las celebraciones del día del Bicentenario de la Batalla de La Victoria, aquel 12 de febrero de 2014, cuando arrancaron las primeras guarimbas, tienen una obsesión con los hechos históricos, con la reivindicación de la historia», puntualizó.
Indicó que, dado que las operaciones del 5 de julio fueron frustradas, el 7 de julio «dispararon todo, abrieron fuego en cuatro, cinco, seis frentes del sur de la ciudad».
Destacó que la fortaleza de las instituciones militares y policiales fue clave para garantizar el desarrollo de la vida pública nacional.
Desde el sector La Jungla, en la Cota 905, el comisario de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), Miguel Domínguez, recalcó que la unidad cívico-militar-policial fue un elemento vital en el éxito de la Operación Gran Cacique Indio Guaicaipuro, que liberó zonas bajo el dominio de bandas criminales.
120 comandos de fuerzas combinadas desplegaron las fases de planificación, ejecución y consolidación que arrojó un saldo de 22 delincuentes neutralizados, incautación de armamento y desmantelamiento de garitas.
Domínguez relató que, durante la Operación Gran Cacique Indio Guaicaipuro, se encontraron cinco personas secuestradas a quienes les exigían 300 mil dólares para su liberación.
Está acción de seguridad, que inició el jueves 8 de julio, consiguió la liberación de los corredores de Coche, El Valle, El Cementerio, Camposanto, Cota 905 y La Vega.
«Todo ese corredor está totalmente liberado, puesto a la orden de la paz», recalcó.
En un contacto satelital con el Jefe de Estado, Domínguez denunció que familias de la Cota 905 fueron víctimas de desplazamiento forzado, producto de la actuación de las bandas criminales.
Por otro lado, reiteró que las fuerzas de seguridad continúan en la búsqueda de los líderes de las bandas criminales, al tiempo que reafirmó el compromiso «para seguir liberando a nuestro pueblo».
D.A.