Según las autoridades, hace cuatro días, cabecillas del Eln habrían sostenido una reunión en el Valle, donde estarían concretando el plan de cara al 20 de julio. Allí, nuevamente un sujeto identificado con el alias de J. J. fue una de las piezas centrales.
“ J. J. es el mismo que habría estado detrás de varios de los actos violentos contra la Fuerza Pública en zonas de Cali. Es el único responsable de aprobar acciones armadas en el marco de las protestas”, se lee en un informe analizado en reuniones que adelantan autoridades para blindar a Bogotá y otras capitales de actos vandálicos y de terrorismo urbano.
También asegura allí el documento que el Eln habilitó ‘casas de direccionamiento’, en Medellín, Cali, Bogotá y otras ciudades, “para apoyar monetaria y logísticamente” a grupos vandálicos con misiones específicas. Incluso, ofrecen apoyo legal en caso de capturas.
“Buscan reactivar los bloqueos en vías que conectan con la capital, especialmente en Madrid, Mosquera, Facatativá y Cartagenita. Además, dieron la orden de atentar contra sus sedes gubernamentales”, se explica.
De hecho, las autoridades están alertas ante un posible atentado contra una sede de la Policía o de las Fuerzas Armadas en la zona de frontera con Venezuela.
Y se estableció que Medellín puede ser una de las capitales con mayor acción de las milicias y células vinculadas con el Eln.
El metro, locales de grandes superficies y hasta la sede de una federación han recibido alertas.
Se sabe que el grupo guerrillero ajustó sus planes luego de una asamblea realizada en junio.
“Ante la baja convocatoria y la falta de consensos, se ordenó el reclutamiento de jóvenes de más alto perfil: profesionales o estudiantes de último semestre, para nutrir sus filas en los diferentes frentes”, explican los agentes de inteligencia.
Además de desconocer al Comité de Paro, la instrucción es impulsar asambleas regionales para infiltrarlas.
Alias J. J., cabecilla del Eln, coordinó los ataques a la Fuerza Pública en Cali, durante las jornadas de abril y mayo.
Y el otro filón en el que trabajan es el internacional. Voceros de Comité de Paro ya convocaron a movilizaciones pacíficas. Y optaron por la vía legislativa para alcanzar varias de las exigencias del pliego que inicialmente le presentaron al Ejecutivo.
“Ya ordenaron que el Frente de Trabajo Internacional (FTI) busque apoyos en Argentina, Bolivia, Brasil y Bélgica para atacar al Gobierno de Colombia y denunciarlo por violaciones de derechos humanos”, señalan los investigadores.
Y agregan que avanzan en plantones en ciudades principales de esos países.
El plan es combinar los atentados elenos y ayudar a prolongar (con fondos y milicianos) el caos y los actos vandálicos, “disfrazados de protesta social”. Además, desacreditar al alto Gobierno a nivel internacional, para presionar denuncias y renuncias.
Y se dio la orden de acudir a no militantes de la guerrilla (pandillas o bandas) a quienes se les estimula con pagos diarios para infiltrar las movilizaciones.
En ese esquema, los grupos de protesta y asambleas aisladas que están impulsando e infiltrando serían los principales articuladores, así como las células urbanas de milicianos. Para mover fondos y gente, se adelantaron dos reuniones, el 16 y el 17 de julio, en Cali.
Y se dio la orden de acudir a no militantes de la guerrilla (pandillas o bandas) a quienes se les estimula con pagos diarios para infiltrar las movilizaciones.
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D.A.