En medio de la reunión que se lleva a cabo en Caracas, Venezuela, la delegación de paz del Ejército de Liberación Nacional (ELN) ha emitido un comunicado en el que buscan abrir el debate sobre el estado de congelamiento en que se encuentra la mesa de negociaciones. La guerrilla se muestra dispuesta a continuar con el proceso, pero con condiciones claras que incluyen avances inmediatos, un modelo de negociación revisado y la implementación de acuerdos sin esperar a un consenso final.
El documento, conocido el 7 de noviembre, destaca varios puntos clave, los cuales marcan el tono de la negociación y las exigencias del grupo armado. Uno de los aspectos más llamativos es que, según el punto 9 del comunicado, la meta del ELN es “avanzar lo máximo posible para el 2026”. Esto implica que, al menos durante el gobierno de Gustavo Petro, no se alcanzará un acuerdo definitivo con la guerrilla, lo que plantea interrogantes sobre la duración del proceso y la paciencia del Ejecutivo colombiano en las conversaciones.
Un Nuevo Modelo de Negociación
En el punto 13 del comunicado, el ELN propone un cambio en el modelo de negociación, sugiriendo que las partes empiecen a implementar lo acordado de manera inmediata mientras siguen las conversaciones. Este enfoque plantea una nueva dinámica: no solo se espera que el Gobierno colombiano cumpla con los acuerdos mientras las negociaciones continúan, sino que también se abre la puerta a nuevas condiciones que podrían implicar una mayor flexibilidad para el movimiento guerrillero en el territorio nacional, como el levantamiento de órdenes de captura y otras medidas de “facilitación” para los negociadores del ELN.
Una de las solicitudes más destacadas del grupo armado tiene que ver con el fondo multidonante establecido en el marco de los diálogos de paz. Según el acta 26 firmada en México, el fondo tiene como objetivo administrar recursos tanto del Estado colombiano como de donantes internacionales para financiar el proceso de paz. Lo que preocupa, sin embargo, es que el mismo comunicado señala que el fondo debe estar operativo dentro de los tres meses siguientes a la firma del acuerdo, lo que plantea interrogantes sobre la transparencia, el manejo y la efectividad de estos recursos, especialmente considerando que este fondo debería estar en funcionamiento desde principios de este año.
¿Financiando el Dolor Mientras se Negocia?
Una de las preocupaciones más grandes que surgen con el contenido del comunicado es la posibilidad de que el Estado colombiano esté financiando el proceso de paz mientras la guerrilla sigue negociando y alargando los plazos sin un acuerdo definitivo. Esto abre el debate sobre si el dinero destinado al proceso se está utilizando de manera efectiva o si, por el contrario, se está destinando a mantener las estructuras del grupo armado mientras continúan con sus actividades ilícitas, especialmente el narcotráfico.
La Exigencia del ELN
El tono del documento titulado “La voluntad de paz del ELN” ha sido percibido por muchos como una exigencia más que como una verdadera disposición al diálogo. Al parecer, el ELN sabe que tiene el sartén por el mango y, según el comunicado, no parece dispuesto a ceder en sus condiciones. En lugar de centrarse en una verdadera construcción de paz, la guerrilla exige la implementación inmediata de acuerdos, con un claro enfoque en asegurar su presencia e influencia en el territorio, así como en garantizar recursos para financiar el proceso mientras negocian.
60 Años de Historia de Conflicto
Con 60 años de conflicto armado a cuestas, la situación actual parece ser un reflejo de la misma dinámica que ha caracterizado las negociaciones con el ELN y otros grupos guerrilleros a lo largo de las décadas. A pesar de las promesas de paz, el proceso sigue estancado, mientras el país sigue siendo testigo de la expansión de las actividades ilícitas y la violencia generada por el narcotráfico.
Así, mientras el Gobierno de Gustavo Petro continúa apostando a la paz, muchos se preguntan si el ELN está realmente comprometido con la resolución del conflicto o si, por el contrario, está utilizando la mesa de negociación como una plataforma para reforzar sus estructuras y seguir con sus negocios. El tiempo dirá si el actual proceso de paz realmente llevará a un acuerdo sostenible o si, como ha ocurrido en el pasado, se convertirá en un ciclo interminable de promesas incumplidas y negociaciones alargadas.
Lo que parece claro es que, por ahora, el proceso de paz con el ELN no avanzará rápidamente y que las exigencias del grupo armado seguirán marcando la pauta de las negociaciones. El país deberá estar alerta y exigir transparencia en el uso de los recursos destinados a la paz, mientras se evalúan las verdaderas intenciones de la guerrilla en este proceso.