En una exitosa operación, el Ejército Nacional desactivó más de 100 kilos de explosivos improvisados en el cañón del Micay, departamento del Cauca, en menos de 12 horas. Los artefactos pertenecían al grupo armado disidente Carlos Patiño, que operaba en la región con la intención de atacar tanto a la población civil como a las fuerzas militares.
El primer hallazgo se realizó en la vereda Piagua, en el municipio de El Tambo, donde las tropas del Ejército encontraron un cilindro bomba enterrado en una vía terciaria, utilizada habitualmente por los habitantes del sector. Según la inteligencia militar, el artefacto llevaba más de dos semanas oculto y estaba preparado con un sistema de activación de largo alcance, superior a los 100 metros. El cilindro fue destruido de manera controlada, lo que eliminó el riesgo para al menos 1.300 personas que transitan a diario por esa ruta.
En una segunda intervención, realizada en la vereda La Ceiba, en el corregimiento de El Plateado, también en el cañón del Micay, los militares hallaron otro cilindro bomba, esta vez con tres minas antipersonales camufladas entre cultivos ilícitos. Al igual que en la primera operación, los explosivos fueron neutralizados de forma segura.
Las autoridades confirmaron que ambos incidentes estarían relacionados con las actividades terroristas planeadas por el frente disidente Carlos Patiño, conocido por su responsabilidad en varios ataques violentos en el suroccidente de Colombia.