La noche del pasado miércoles, un incidente estuvo a punto de ocurrir en el aeropuerto Los Garzones de Montería, mientras el avión presidencial que transportaba al mandatario Gustavo Petro se encontraba en la pista esperando para despegar hacia Bogotá.
En ese momento, dos aeronaves lograron despegar sin inconvenientes, pero un avión de la aerolínea Latam, que no tenía autorización para aterrizar, se encontraba en el aire.
Tras un aterrizaje forzoso, el piloto descendió visiblemente afectado y entre lágrimas expresó que estuvo a punto de colisionar con uno de los helicópteros de la escolta presidencial. Según su testimonio, no hubo comunicación adecuada, lo que pudo haber desencadenado un grave accidente. El piloto, conmocionado por lo ocurrido, manifestó que no estaba en condiciones de continuar el vuelo de regreso a Bogotá.
A pesar de los esfuerzos por persuadirlo para que retomara el control de la aeronave, finalmente se tomó la decisión de cancelar el vuelo. Minutos después de que los pasajeros abordaran el avión, fueron desembarcados y se les informó que la terminal aérea cerraría sus operaciones. Como consecuencia, muchos viajeros quedaron varados sin opciones de alojamiento, ya que la aerolínea argumentó que no podía hacerse responsable, pues la situación estaba relacionada con la presencia del presidente.
El avión de Latam permaneció en la pista durante toda la noche del miércoles, y en la mañana del jueves, los pasajeros comenzaron a ser reubicados en vuelos programados para la tarde. Hasta el momento, ni la aerolínea ni AirPlan, la empresa que administra el aeropuerto, han emitido declaraciones oficiales sobre el incidente.