El hurto de agua potable es un delito que, además de generar impactos económicos, afecta gravemente la prestación del servicio al tratarse del desvío del líquido a través de la instalación de una acometida ilegal, con lo cual se vulnera la infraestructura del sistema de acueducto. Una de las más graves consecuencias son las bajas presiones de agua hacia las comunidades o en muchas ocasiones la suspensión del servicio debido a cierres obligados para el proceso de desconexión de estas tuberías ilegales.
En los últimos días, Triple A identificó un nuevo caso de hurto al hallar una acometida irregular conectada a la red de distribución de Achotera, la cual se usaba para suministrar agua potable a un predio privado, lo que obligó a la empresa a suspender temporalmente el suministro de agua en los municipios de Baranoa, Polonuevo y el corregimiento del Pital del Carlín, durante el tiempo de labores de desconexión de la tubería.
El impacto fue inmediato: miles de habitantes se quedaron sin agua potable durante varias horas. Eliana De La Pava, residente de Baranoa, fue una de las afectadas por las manipulaciones ilegales a las redes de acueducto, por lo que hizo un llamado a sus vecinos que incurren en estas malas prácticas a dirigirse directamente a la empresa para adquirir el servicio, como la mayoría de habitantes del municipio.
“Sabemos que hay bastantes fraudes en las vías por lo que hemos notado bajas presiones del agua en los últimos meses”, dijo la mujer de 52 años.
Durante el 2024, los operativos de control resultaron en la detección de 17.983 casos de fraude, un aumento significativo respecto a los 7.347 detectados en 2023. Este avance ha sido posible gracias a estrategias como el Proyecto Zona 8, que ha permitido una intervención más efectiva en las zonas más afectadas.
La recuperación de 1.159.670 metros cúbicos de agua ha generado ingresos por más de $8.071 millones, lo que contribuye a la sostenibilidad del sistema. Con Barranquilla siendo la ciudad más afectada por este delito, Triple A ha implementado diversas estrategias para mejorar la vigilancia y prevención del fraude, como la operación de cuadrillas permanentes y el uso de tecnologías avanzadas como georradares y medidores inteligentes. Además, proyectos específicos orientados a la gestión de casos particulares, han permitido una atención más eficaz.
Ante la problemática, Triple A ha reforzado su lucha contra el hurto de agua mediante operativos constantes y el uso de tecnología avanzada. A través de una colaboración estrecha con las autoridades, como la Policía Ambiental y la Fiscalía, la empresa ha logrado desmantelar varias redes ilegales que manipulaban las redes de agua.
Una de las herramientas clave en esta lucha es el sistema Pipers, una tecnología canadiense impulsada por Inteligencia Artificial (IA) que permite monitorear las redes de distribución con una precisión sin precedentes. Este sistema ha permitido detectar manipulaciones y fugas de manera temprana, facilitando reparaciones rápidas y evitando que el daño se extienda.
“El uso de Pipers ha revolucionado la forma en que monitoreamos nuestras redes”, explicó Álvaro Araujo, gerente de eficiencia hidráulica de Triple A. “Gracias a esta tecnología, podemos actuar con mayor rapidez, lo que no solo mejora el servicio, sino que también nos ayuda a proteger el sistema de acueducto de fraudes”.
Añadió además que “nuestra misión es garantizar a la comunidad un servicio confiable y seguro. Gracias a la colaboración con las autoridades y al uso de herramientas innovadoras, seguimos combatiendo el hurto de agua para proteger el bienestar de todos nuestros usuarios”.
En lo que va del año, la empresa ha incrementado significativamente sus operativos de control, realizando detenciones en flagrancia y evitando que más personas sigan vulnerando el sistema.