En el marco de la campaña “Ponte en mis ojos, ponte en la inclusión”, que se activará en Barranquilla y Bogotá, la fundación M+S distribuirá centenas de tapaojos para que los ciudadanos intenten hacer sus actividades cotidianas con los ojos vendados.
Con la actividad, liderada por Samuel Martínez y su hermano Mateo Martínez, la fundación celebrará el Día Internacional de la Discapacidad. Sammyquillero, como se le conoce popularmente, tiene 14 años viviendo en una ciudad que poco a poco se ha ido transformando en materia de inclusión y aún le falta mucho trecho por recorrer. “La principal barrera que existe es la mental. Las personas aún no son conscientes que en todas las ciudades del mundo, existimos personas con discapacidad, e ignoran nuestros derechos”, dijo.
“Por donde entra una persona sin discapacidad, debe entrar también una persona en mi condición, y eso es inclusión”, agregó Sammy.
Ese mismo día, Sammy tendrá un conversatorio con la también barranquillera, Daniella Alvarez, quien hace parte de esta población y está comprometida con trabajar por estos cambios.
Según la OMS, el 10% de la población mundial viven en condición de discapacidad. En Colombia 3.134.036 habitantes, que representan el 7.1% de la población, manifestaron tener alguna dificultad para realizar sus actividades diarias, según encontró el Dane en el Censo Nacional de Población y Vivienda 2018. En el departamento del Atlántico esa población corresponde al 4.1%. Dentro de las dificultades que más afectan el desempeño diario está Ver de cerca, de lejos o alrededor, con el 37,7%.
En Barranquilla, se estima que el 11.73%, es decir 2.169 personas tienen alguna discapacidad visual, una de las más difíciles de adaptarse debido a las múltiples barreras que el entorno tiene.
Con la Fundación M+S Inclusión y Comunicación, Mateo Martínez, su director fundador, trabaja desde hace más de tres años para que niños, jóvenes y familias que tienen esta situación hagan valer sus derechos y se unan a este gran movimiento de cambio por el respeto de la población.”
La familia es la base de la inclusión. Los hermanos, papás, familiares en general, somos los primeros que debemos aceptar esta condición de vida en nuestro ser querido para que todo fluya mejor.
No es posible hablar de inclusión si en el núcleo familiar no se habla de esto con naturalidad. La comunicación permite este espacio de vínculos”, dice Mateo Martínez
La empresa social de este par de hermanos trabaja en el repositorio de las mejores prácticas de empresas incluyentes, pues desean ponerlas en los reflectores internacionales a las empresas más incluyentes. Para ello ya empezaron alianzas público privadas con Monómeros, Tecnoglass, Ministerio de las Tic´s, Alcaldía de Barranquilla y Gobernación del Atlántico
El llamado es, entonces, a las instituciones educativas, a las empresas, a los gobiernos para que permitan el desarrollo de la población con discapacidad y podamos hacer realidad una Barranquilla incluyente que le pone el ojo a la inclusión