Ni los vendedores de extensiones de cabello natural se escapan de la delincuencia en Barranquilla.
La alarma encendida por una reciente denuncia de un robo en las calles de Malambo, solo sería la punta del iceberg de un mercado negro que no escatima en estrategias de estafa para hacerse con una pieza de cabello que puede ser comercializada hasta en un millón de pesos.
German Stand, estilista y comercializador de estos productos, asegura sus colegas pocas veces adquieren melenas en el mercado nacional, pues suelen importar su mercancía desde Perú, Brasil o China, donde es más fácil conseguir pelo virgen y de calidad.
“Hace unos meses me enteré que estaban haciendo compra y venta por redes sociales y que había estafadores que te vendían cabello y te lo ofrecían sin explicaciones de su proveniencia. Y también para comprártelo y engañaban con supuestas transferencias”, comenta Stand.
Una de esas víctimas fue la reconocida estilista Paulina Córdoba, a quien sus 15 años de experiencia en este segmento no la ayudaron para detectar el fraude detrás de una compra de nueve extensiones por las que nunca recibió pago.
Ante esto, ella asegura que siempre que va a comprar cabello, establece comunicación directa con el vendedor y suscribe un contrato, en el que se establece la voluntad de la entrega del mismo. “Incluso le tomo una fotografía al cabello antes y después”, dice.
Córdoba indica que es importante que quienes quieren realizar un proceso de este tipo deben asistir a establecimiento conocidos y consultar cuál es la técnica correcta a aplicar a partir de las características de su cabello.