Han sido muchas las quejas que a diario se registran frente al suministro del agua “potable” en la ciudad, sin embargo el color y sabor del agua demuestran otra cosa.
Para el ingeniero Osvaldo Del Castillo la situación está clara y no como el agua que se reciben los barranquilleros, “mediante la simple observación, sabemos que el agua que recibimos en Barranquilla no es potable”. Su análisis está soportado en información obtenida de la OMS, con lo cual define que el agua potable es incolora, lo que quiere decir que debe ser totalmente transparente; inodora, que no puede contener en su composición sustancia que pueda generar olor en ella; debe ser insípida, que no puede tener sabor.
“Recordamos que los sólidos suspendidos, son los responsables en buena parte de la turbiedad. Son visibles y flotan en el agua, tales como arcilla, sólidos fecales, restos de papel, madera en descomposición, partículas de comida y basura. Son en un 70% orgánicos y en un 30% inorgánicos y menores de 0.01 mm. Pueden ser removidos por medios físicos o mecánicos a través de procesos de filtración o de sedimentación, previa coagulación y floculación, al igual que los sólidos coloidales”, explicó el ingeniero.
Del Castillo, explicó cómo es posible esta situación; los sólidos sedimentables, indica, son capaces de flotar o decantar con el agua en reposo y pueden ser eliminados fácilmente mediante procesos físicos o mecánicos. Se depositan por la fuerza de la gravedad donde el líquido permanezca inmóvil durante 60 minutos, estos van acumulándose en la cuenca de la dársena, que trabaja como presedimentador, razón por la cual se debe dragar diariamente, a fin de evitar que con el bombeo pueda succionarse parte de ese lodo a las plantas de tratamiento, aunque de ninguna manera resuelve el problema de turbiedad y color que tenemos ahora.
Los sólidos disueltos no son visibles a simple vista y son en su mayoría sales inorgánicas como los cloruros, sulfatos, sodio y calcio, que pueden aportar sabor y olor, al igual que la materia orgánica presente en los sólidos en suspensión.
Desafortunadamente en la ciudad continúan los problemas de turbiedad, color y mal olor en el agua que reciben algunos ciudadanos del acueducto y ‘de mala calificación’ según el ingeniero, de acuerdo al Índice de Riesgo de la Calidad del Agua para consumo humano (IRCA), establecido en el Capítulo IV, Artículo 13 de la Resolución No. 2115 de 22 junio del 2007, que se define como “el grado de riesgo de ocurrencia de enfermedades por el no cumplimiento de las características físicas, químicas y microbiológicas del agua para consumo humano” como bebida directa, en la preparación de alimentos o en la higiene personal.
“Cuando el agua presenta color y turbiedad, como es el caso de Barranquilla, éstos parámetros aportan un puntaje de 6 y 15 respectivamente, que para el cálculo del IRCA, nos da un total de 21, según la Resolución 2115, la cual establece una escala de 0 a 100. Si el IRCA es cero puntos, cumple con los valores aceptables para cada una de las características físicas, químicas y microbiológicas y cien puntos para el más alto riesgo cuando no cumple ninguno de ellos. En el Cuadro Nº. 7 de la citada Resolución, establece la clasificación del nivel de riesgo en salud y las acciones que deben adelantarse” aseguró.
Del Castillo finalizó explicando que el IRCA máximo permitido para cumplir con la característica de potabilidad debe ser de 5 y por encima de este valor ya no es apta para consumo humano, como sucede actualmente que con sólo el color y la turbiedad caemos en el nivel tres, porque le puntaje alcanza el guarismo de 21.