“El atraco es el delito más común, y el que más daño nos hace. La ciudadanía, con toda razón, está pidiendo resultados que no ve. Es evidente que todas las instituciones, TODAS, estamos fallando, con estrategias que hasta ahora han sido inferiores al desafío que tenemos por delante. Y ello involucra desde la inversión social focalizada, hasta una mayor contundencia en la actividad policial, procesal y carcelaria, pasando, por su puesto, por una normatividad y jurisprudencia más consecuente con las actuales circunstancias.
Tenemos que cambiar la manera de manejar este flagelo que nos roba la tranquilidad, con una mayor articulación y efectividad.
Este lunes viajo a Pereira, a la junta de Asocapitales, en la que varios alcaldes llevaremos la misma preocupación.
Esta semana también nos encontraremos con los oficiales que diseñan las estrategias y los patrulleros que capturan a los bandidos; con los fiscales que imputan y los jueces y magistrados que dictan sentencia, medidas carcelarias o dejan en libertad a los sindicados; con los parlamentarios que pueden ayudarnos a endurecer las penas y acabar con la ambigüedad de la ley frente a quien nos roba a mano armada, y con los concejales que desarrollan las normas a través de los acuerdos; con los ediles y las juntas de acción comunal para que también desde la comunidad y, entre todos, tracemos una ruta y hagamos un pacto con objetivos claros.
También invitaremos a conversar, de frente, sobre lo que funciona y lo que no ha funcionado, a los ministros de Defensa e Interior, Diego Molano y Daniel Palacios; a nuestra gobernadora, Elsa Noguera, y a los alcaldes del área metropolitana.
La ciudadanía nos pide, nos exige, que hagamos algo. No podemos escondernos frente a su clamor. Si bien es un problema nacional, es en las ciudades donde actúa el delincuente y donde tenemos que responder.
El problema no admite más espera. Vamos a resolverlo ya. Mientras garantizamos la efectividad de lo que a cada uno nos corresponde, procuremos cambiar este aparato lento y burocrático que es por momentos el Estado, para que no haya obstáculos ni pretextos que sigan perjudicando a nuestra gente.
¡Es nuestro deber!”.