El estudio titulado ‘Impacto humano en la calidad escénica de las dunas costeras: un estudio de la costa Caribe central de Colombia’ fue llevado a cabo por el Grupo de Geología, Geofísica y Procesos Marinos de la Universidad del Atlántico, bajo la guía de los profesores Nelson Rangel-Buitrago y Adriana Gracia.
La investigación, recientemente publicada en la revista Regional Studies in Marine Science de ELSEVIER, se centró en 19 sistemas de dunas a lo largo de la costa centro del Caribe colombiano, con el objetivo de proporcionar una línea base para futuras estrategias de gestión. Se utilizó el Sistema de Evaluación del Paisaje de Dunas (DSES, por sus siglas en inglés), una herramienta que incluye una lista de control con 18 parámetros físicos y 8 parámetros humanos para calcular un índice de evaluación del paisaje dunar.
Los sitios evaluados fueron clasificados en cinco categorías, desde la Clase I, que abarca áreas con altos valores paisajísticos, hasta la Clase V, que comprende regiones urbanas degradadas con bajos puntajes paisajísticos. El informe concluye que, de los 19 sistemas dunares analizados, tres sitios (16 %) fueron clasificados como Clase III, diez (53 %) como Clase IV y seis (32 %) como Clase V. Ningún sitio fue clasificado como Clase I o II.
Este hallazgo evidencia la importancia de las características naturales y ambientales, así como el enorme impacto de las intervenciones humanas sobre la costa. La prevalencia de sitios costeros de Clase III, IV y V destaca la significativa influencia de los procesos y actividades inducidos por el ser humano en la actual degradación de estos ecosistemas.
De acuerdo con la investigación, los factores que más inciden en la disminución del valor paisajístico del litoral son la erosión costera, urbanización extrema, presencia de basura, ruido, especies invasoras, tránsito vehicular en la playa.
El profesor e investigador Nelson Rangel-Buitrago indicó que “la degradación de las dunas costeras es un problema que afecta no solo al medio ambiente, sino también a las comunidades locales. Es imperativo tomar medidas inmediatas para revertir esta situación, teniendo en cuenta que la conservación de las dunas es fundamental para mantener el turismo sostenible en la región”.
Las dunas costeras actúan como barreras naturales que protegen el interior de la costa frente a la erosión y las marejadas. Estas formaciones, aunque frágiles, son esenciales para el equilibrio ecológico de la zona, ya que almacenan arena para la regeneración de playas y albergan flora y fauna adaptadas a las duras condiciones del entorno.
En ese sentido, la pérdida de calidad escénica en estas áreas no solo afecta la biodiversidad, sino que también reduce el atractivo turístico de las playas, lo que podría impactar negativamente la economía local.
En esta investigación, el equipo también subraya la necesidad de estrategias de manejo costero integradas que combinen la conservación con el desarrollo sostenible, entre ellas la implementación de leyes que protejan las dunas costeras, involucrar a la población local en los esfuerzos de conservación y sensibilización, restringir el tránsito de vehículos en áreas sensibles para evitar daños adicionales, entre otras.
La investigación de la Universidad del Atlántico destaca la importancia de conservar las dunas costeras, no solo como barreras naturales contra la erosión, sino también por su contribución a la biodiversidad, la resiliencia costera y los beneficios económicos locales a través del ecoturismo. Este estudio abre nuevas puertas para futuras investigaciones y la creación de políticas que promuevan un manejo más sostenible de las zonas costeras en Colombia.