Con el propósito de revisar el protocolo de bioseguridad establecido por el Ministerio de Salud en la Resolución 1120, la gobernadora del Atlántico, Elsa Noguera, convocó a los alcaldes de los municipios y a los líderes religiosos del Departamento, con miras a la reactivación de los servicios religiosos presenciales en el marco de la etapa de aislamiento selectivo.
Durante el encuentro virtual, al que se conectaron cerca de 40 representantes de congregaciones y asociaciones cristianas y de la iglesia católica, se revisó lo establecido en los lineamientos nacionales para hacer la reapertura de los servicios religiosos en el Departamento, implementando los protocolos de bioseguridad para mitigar, controlar y evitar el riesgo de contagios de Covid–19.
“Cuando vamos a los municipios nos preguntan que cuándo vamos a abrir las iglesias. Yo les digo que es una decisión que debemos tomar entre sus líderes y las autoridades para garantizar que se cumplan con las condiciones necesarias para seguir preservando la vida”, precisó Elsa Noguera al inicio de la reunión.
La mandataria agregó que el reto es mantener una baja velocidad de contagio, pese a que tenemos que volver a la vida productiva. “En esta nueva realidad, volver a los servicios religiosos es clave porque la gente lo está necesitando; el fortalecimiento espiritual se necesita hoy más que nunca”, indicó Elsa Noguera.
De acuerdo con el Decreto 1168, expedido por el Gobierno Nacional el pasado 25 de agosto, desde el 1 de septiembre está permitido en todos los municipios la reapertura de iglesias y cultos religiosos ya sean de baja, moderada o de alta afectación del Covid-19, siempre y cuando no impliquen aglomeraciones y no superen la presencia de 50 personas. También se debe asegurar el cumplimiento de los protocolos de bioseguridad expedidos por el Ministerio de Salud y Protección Social.
El presbítero Pablo Mendoza afirmó que las iglesias han permanecido unidas trabajando de la mano con el Ministerio del Interior, las autoridades locales y departamentales para implementar de forma correcta los protocolos. “Tenemos muchas expectativas de volver a los templos y somos conscientes de que debemos hacerlo con orden y responsabilidad evitando las aglomeraciones. Queremos ser parte de la solución y no del problema”, agregó.
Según los representantes de las iglesias cristianas y católica, la mayoría ya está aplicando el protocolo autorizado para reabrir, tal como lo avala la Resolución 1120 de 2020, y están listos para volver a ofrecer sus servicios con los respectivos equipos de bioseguridad y personal de apoyo encargado para iniciar el plan piloto durante 15 días.
De igual forma, los mandatarios municipales resaltaron el trabajo articulado entre las Alcaldías y los representantes de las iglesias de los 22 municipios, y agradecieron el liderazgo y la gestión de la Gobernadora en lograr la reapertura.
El alcalde de Sabanagrande, Gustavo de la Rosa, resaltó el papel de las iglesias para sobrellevar de la coyuntura de la pandemia. “Este es el momento propicio para que las iglesias ayuden a tantas familias que necesitan acompañamiento ante los problemas emocionales y mentales que nos ha dejado la pandemia. En el municipio hemos visitado varios templos para verificar que se estén cumpliendo los protocolos establecidos por Mininterior y Minsalud y preparándonos para el momento en que la Gobernadora nos diera luz verde. No queremos habilitar a todas las iglesias, sino únicamente a las que hemos confirmado que cumplen con las medidas”, sostuvo el mandatario.
Algunas de las medidas de bioseguridad que deben seguir las iglesias para garantizar una reapertura segura y gradual de sus templos son: mantener el distanciamiento físico de dos metros, el aforo máximo dentro de los recintos es de 50 personas, uso obligatorio de tapabocas, todo el personal que apoye la celebración debe estar capacitado en las medidas generales de bioseguridad y sobre la identificación de signos y síntomas del Covid-19. Asimismo, deben tomar la temperatura al ingreso, prohibir la entrada a personas con fiebre y desinfectar todas las instalaciones. Garantizar la aireación natural o ventilación de los lugares de culto, manteniendo puertas y ventanas abiertas; y por ninguna razón, se debe compartir papelería o documentos de mano a mano.
En la salida y fin del acto religioso, la logística debe garantizar que no se rompa el distanciamiento físico de dos metros entre personas y que no se lleve a cabo ninguna actividad que implique manipulación de alimentos.