Noticias BQ conoció en exclusiva, el caso de una mujer de 44 años de edad, quien presenta un cuadro clínico con problemas de tipo depresivo, situación que la llevó a buscar ayuda profesional, siendo remitida por la EPS Salud Total a la IPS Nuevo Ser, ubicada en la calle 8 No. 13-869, vía Sabanilla-Maizal, en el municipio de Puerto Colombia, Atlántico, relativamente cerca del lugar de residencia de la paciente.
Lo que menos pensó la angustiada familia de la mujer, es que lejos de encontrar una solución a la crisis emocional que presentaba, se iniciaría una verdadera pesadilla que hoy ha profundizado el cuadro depresivo que presenta la paciente, quien en algunos mensajes de texto enviados a personas cercanas, ha manifestado intenciones de quitarse la vida.
Toda esta pesadilla para esta madre de tres hijos de 17, 23 y 24 años de edad, comenzó el pasado 30 de julio, cuando luego de una valoración con especialistas, ordenaron la remisión de la dama a un centro “especializado”, donde pudieran tratar adecuadamente el episodio depresivo que en ese momento presentaba.
Compartimos con nuestros lectores algunos audios y chats del relato de la mujer.
La EPS autorizó el traslado para la IPS Nuevo Ser, un centro terapéutico localizado en el municipio de Puerto Colombia, donde la paciente ya había sido tratada hace un tiempo atrás.
Según denuncian los familiares, desde el momento de su llegada a esa institución, se iniciaría una verdadera película de terror para la mujer, quien al parecer fue diagnosticada con covid-19 y encerrada en una habitación al lado de otra paciente, que al parecer también estaba contagiada con el coronavirus sin que les suministrarán medicamentos contra ese virus, ni le permitieran comunicarse con sus familiares cercanos.
“No nos llevaban comida, ni drogas y a la compañera le tocaba patear la puerta, para que nos atendieran”, dice en medio de las lágrimas.
Señala la denunciante, que su permanencia en ese centro asistencial, estuvo marcada por un progresivo deterioro en su salud emocional y física, pues eran frecuentes los malos tratos y amenazas del personal.
“Me repetían de manera continua cuando les pedía comunicarme con mis hijas, que ellas no contestaban el teléfono y siempre había una excusa para impedir esa llamada.” dice la mujer, quien agrega que cada reclamo que le hacía a las personas que atienden el lugar, era respondido con la amenaza de “si te portas mal, te vamos a dejar más tiempo aquí o te vamos a aislar”, situación que se repetía día tras día, en medio de un encierro que cada vez iba agotando la paciencia de la dama, empeorando de paso su situación emocional, llevándola a un extremo de ansiedad y angustia.
“Ese sitio en realidad es como una cárcel, un cuadrado abajo, para que los muchachos que tienen problemas de drogadicción estén ahí, con rejas desde el piso hasta el techo, donde no hay acceso a un televisor o un radio”, denuncia la paciente.
“En medio de esas circunstancias tan difíciles a uno le dan ganas de llorar, pero si lloras inmediatamente te amenazan con dejarte una semana más internada, así que me tocaba encerrarme en los baños, donde no hay cámaras, para desahogarme y llorar”, relata con profundo dolor.
Durante la permanencia en el sitio, revela que el personal de atención es bastante agresivo y amenaza continuamente a los pacientes con amarrarlos e inmovilizarlos.
“Todo el tiempo nos amenazaban y el ambiente era muy tenso”.
La mujer relata que vivió un infierno, pues prácticamente le tocó arrebatarle el celular a la trabajadora social, quien de manera continua le repetía que sus hijas y esposo no contestaban las llamadas.
Al final, logró comunicarse con una de sus hijas el día 8 de agosto, encerrarse en un baño y contarle de manera rápida el infierno que estaba viviendo en la institución.
“Todo era como una película de terror, la represión, los malos tratos, las amenazas, la desolación, soledad, permanente miedo, es una situación que no se la deseo a nadie, porque llegar a ese centro en vez de ser una solución para la salud emocional, es en cambio, una pesadilla que lo lleva a uno a extremos muy complicados”, dice la angustiada mujer.
Los familiares de la paciente le manifestaron a Noticias BQ, que hoy están más preocupados que nunca por la salud de su esposa y madre, ya que en el momento se encuentran solicitándole a la EPS Salud Total un cambio de IPS, pero mientras ese proceso se completa, la mujer no tiene una medicación adecuada ni una asesoría médica que permita tratar su cuadro de profunda depresión, empeorado ahora por las secuelas emocionales que le dejaron los 10 días en lo que vivió el infierno de estar en la IPS Nuevo Ser de Puerto Colombia.
“La situación se ha complicado desde la salida de mi mamá de la institución y ahora nos toca hacer turnos con mis hermanos y el esposo de ella, para evitar que ella pueda llegar a hacerse daño, pues nos ha manifestado que a veces quisiera tomar una decisión fatal”, señala una de las angustiadas hijas de la dama.
Todo este infierno vivido por la usuaria de la IPS Nuevo Ser, le ha generado más traumas y marcado su vida, tanto, que la mala experiencia allí le ha contribuido para que las noches sean interrumpidas de manera abrupta con sobresaltos de la cama, con una psicosis de estar siendo perseguida por el personal de salud que labora en dicha institución, lo que le hace más difícil conciliar el sueño, afectando notablemente su salud mental, física y llevándola a pensar quitarse la vida, lo que preocupa a su núcleo familiar.
Finalmente, solicitaron a las secretarías de Salud del Atlántico y del municipio de Puerto Colombia, para que inicien un proceso de investigación contra la IPS Nuevo Ser, pues no es el primer caso que ellos conocen de mala atención y comportamiento agresivo con los pacientes.