La crisis financiera que atraviesa la ESE Universitaria del Atlántico (ESE UNA) sigue agudizándose, con denuncias sobre deficiencias en la atención médica, retrasos en el pago de salarios y posibles cierres de servicios. La Superintendencia de Salud (Supersalud) ha iniciado una auditoría para evaluar la situación y determinar el cumplimiento del plan de mejoramiento aprobado meses atrás. La inspección comenzó el martes 10 de marzo, con un equipo de la Supersalud revisando de manera sorpresiva la información financiera y administrativa de la entidad, en especial en la sede de alta complejidad del Cari.
Auditoría en curso
Según Napoleón Mugno, presidente de la Asociación Nacional de Trabajadores de Hospitales, Clínicas y Consultorios (Anthoc) en Barranquilla, la auditoría de la Supersalud ha planteado más de 100 interrogantes sobre la situación de la ESE UNA, aunque aún no se ha revelado el contenido específico de estas preguntas. El objetivo principal de la supervisión es verificar el nivel de avance en la estrategia de fortalecimiento de la atención y evaluar si se ha logrado mejorar los servicios de salud como se prometió.
Protestas por impagos y condiciones laborales
Mientras tanto, la crisis laboral se agrava, especialmente en la sede de salud mental de la ESE UNA, donde los trabajadores han intensificado sus protestas debido al incumplimiento en el pago de salarios. Los empleados afirman no haber recibido su sueldo desde noviembre del año pasado, lo que ha generado graves dificultades económicas, impidiéndoles cumplir con sus obligaciones personales y profesionales. Muchos aseguran que el impago también ha afectado su acceso a la seguridad social, dejándolos sin cobertura para atención médica.
Uno de los empleados afectados, Eduardo Anguila, auxiliar de enfermería con 25 años de servicio, expresó su frustración: “Debo dos meses de arriendo y servicios, soy padre cabeza de familia y tengo que responder por mi hogar. El gerente solo ha pagado a los empleados de planta, que son el 20 % del personal, mientras el resto seguimos sin recibir salario”.
La subgerente científica de la ESE UNA, Leonor Pérez, acudió a la protesta para escuchar a los trabajadores. Aunque los empleados decidieron desbloquear la vía, esperando respuestas, Pérez se limitó a comprometerse a trasladar las quejas al gerente, Pablo De la Cruz, lo que generó aún más malestar.
Causas de la crisis
El sindicato Anthoc señala que la falta de giros de las EPS es la principal causa de la crisis financiera que enfrenta la ESE UNA, lo que ha impedido que la entidad pueda facturar servicios y pagar las planillas correspondientes. En una reunión con el gerente De la Cruz, los trabajadores recibieron la noticia de que solo se contaba con recursos para pagar un mes de salario, mientras que la deuda acumulada abarca al menos dos meses. Ante la falta de una solución definitiva, los empleados han decidido continuar con sus protestas.
El futuro incierto de la ESE UNA
Las movilizaciones continuarán mientras los trabajadores esperan respuestas claras y soluciones inmediatas. La crisis, que afecta a más de 1000 empleados y a miles de pacientes que dependen de los servicios de salud, pone en evidencia las graves deficiencias en la administración de la entidad y el riesgo de que los servicios sigan deteriorándose.
Mientras tanto, el gerente De la Cruz aún no ha ofrecido una solución contundente ante la crisis y la preocupación de los trabajadores, quienes siguen esperando un compromiso firme de pago y estabilidad laboral.