A pesar que la pandemia por coronavirus tiene aplazado indefinidamente el Carnaval 2021, ya apareció el primer disfrazado, es el poco carismático y siempre controvertido Senador Armando Benedetti, tras su expulsión del Partido de la U, se ha rasgado las vestiduras, se declaró izquierdoso, se puso su capuchón y mascara de mamerto chavista;en tiempo record fué admitido por el propio camarada Petro, cabecilla de esa corriente.
Sus volteretas me confirman cada vez más que acertamos en nuestro programa Contacto Radio, cuando hace unos ocho años le endosamos el remoquete de “Senador Ni-Es”, para sustentar que Benedetti ni es de aquí, ni es de allá; porque los cachacos le dicen costeño y los costeños le decimos cachaco, conclusión: ni lo queremos aquí, ni lo quieren allá.
Hay que reconocer que el Senador “Ni-Es” a la hora de acomodarse, es hábil y maneja un alto nivel de cinismo, muy similar a su socio, el cuestionado Roy Barreras, es cuestión de recordar la transformación camaleónica de ambos durante los últimos tiempos: en un abrir y cerrar de ojos pasaron de ser los más fieles Uribistas a los más feroces defensores de Santos y su moribunda paloma de la paz, hoy vuelven a protagonizar sus famosas piruetas políticas.
Ahora resulta que Benedetti, ni es liberal, ni es conservador, ni es del partido de la U, en su vejez, sin recato alguno, anuncia que ha decidido abrazar los “exitosos” postuladoschavistas y a partir de hoy se convierte en el nuevo mejor amigo y jefe de debate del camarada Petro para la campaña presidencial 2022.
Personajes poco queridos por la gente como el Senador “Ni-Es” saltando con suma facilidad de partido en partido, denota poca seriedad, con este tipo de actuaciones se evidencia la carencia de una verdaderaformación ideológica, ética y militancia política; durante su dilatada carrera política su verdadera militancia ha sido en el “partido de la conveniencia”.
Un auténtico cambio de extremo a extremo, sin despeinarse el Senador “Ni-Es” pasa de la derecha a la recalcitrante izquierda, se necesita una alta dosis de desfachatez e hipocresía para entrar a atacar lo que antes se defendía y a partir de la fecha, defender lo que antes aborrecía.
Ante la avalancha de críticas, de manera muy ágil, saca el paraguas y confiesa que lo seducen, lo enamoran y lo unen a la izquierda: la defensa de la dosis mínima de marihuana para todos, la eutanasia y la bandera del matrimonio Lgbti, en pocas palabras puro humo, temas de corte populista y muy distantes a las expectativas del país serio y el país productivo.
Es decir el Senador “Ni-Es” está aterrizando en la corriente de los tiradores de línea que le pintan a los incautos el “país del todo gratis”, vida sabrosa sin trabajar, subsidios para todo el mundo, mercaditos hasta para el perro y el gato y una “igualdad” nivelada por lo bajo, al final de la película todos convertidos en mendigos.
Me gustaría ver al Senador “Ni-Es” compartiendo con sus nuevos mejores amigos, saludándose de camarada a camarada con Aida Avella, Timochenko, la Sandino, el cabellón Bolivar (el que más ama a Petro), la Pizarro, Caicedo, el “piojoso” Cepeda; además bandidos como Santrich e Ivan Márquez, al final por afinidad, amigos, incomodos, pero amigos de ese combo.
Visualizo al camarada Benedetti con pinta andrajosa y mochila al hombro, tirando discurso veintejuliero y mamerto cien por ciento en el foro de Sao Paulo, defendiendo el fracasado modelo heredado del difunto Chávez y nutriéndose de la sabiduría del camarada Maduro.
Quien le cree al camarada “Ni-Es”? Ahora ni es de aquí ni es de allá, ni lo quieren aquí ni lo quieren allá, no lo querían en la derecha y mucho menos lo quieren la izquierda…Te conozco bacalao…¡Seguimos bateando!
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