En una serie de cinco cartas, los mercenarios colombianos confiesan que han sido objeto de torturas tras ser detenidos en Haití, país donde participaron del asesinato del presidente Jovenel Moise.
Los exmilitares colombianos han confesado entonces que las uñas les fueron arrancadas a algunos de ellos, que otros han sido torturados en extremo, quemados con ácido y hasta apuñalados, esto mientras
esperan avances en su caso y permanecen en una cárcel en Puerto Haití.
Precisamente- sobre el caso – estos hombres expresan que su confesión pudo haber sido viciada pues el traductor usado para transcribir las mismas no tenía un dominio claro del idioma español.
De otro lado- dichas confesiones fueron tomadas en papel y lápiz, por lo que temen que puedan ser modificadas al antojo de los intereses de las familias.
Sobre las supuestas torturas, El Tiempo revela apartes de las cartas que pudo leer con consentimiento de las familias.
“He sido torturado y los muchachos también. Nos han arrancado las uñas, quemado con ácido, puñaladas, golpes y demás. No quisiera contarles esto, pero es la realidad. Tienen que denunciar ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos y presionar al Gobierno colombiano para nuestra repatriación”, se lee en uno de los extractos que publica el diario.
“Eso no te lo había contado, cuando nos torturaron, el primer mes fue muy duro (…), aún tengo dolor; a los demás compañeros los machetearon, los quemaron, los apuñalaron, pero gracias a Dios no fueron graves”, explica otro preso en una carta