Programa del Distrito ayuda a descongestionar el sistema penal adolescente, evita la reclusión intramural y ofrece acompañamiento para que no haya repetición de conductas.
Daniel Pérez es un joven de 17 años que cometió un delito cuyas consecuencias le hicieron querer cambiar el rumbo que llevaba su vida. Hoy se encuentra pagando su sanción a través del programa Justicia Juvenil Restaurativa para el Sistema de Responsabilidad Adolescente, una iniciativa que implementa el Distrito de Barranquilla con el fin de que los menores infractores paguen sanciones alternativas y no intramurales.
Daniel dedica varias horas semanales a limpiar las calles de su barrio, El Bosque, en el suroccidente de la ciudad y a colaborar con limpieza de parques y recuperación de entornos en otras localidades. Al igual que él se encuentran Edwin*, Cristián y Andrés. Aunque las actividades para cada uno han sido diferentes, todas llevan el mismo propósito: reparar el daño causado y fomentar en cada uno de ellos la responsabilización, para así evitar la repetición de sus conductas.
“Estoy poniendo de mi parte para cambiar y tener una nueva vida, dejar lo malo y comenzar algo bueno”, así define Daniel su camino en este programa, dentro del cual -como él mismo lo explica-, le hacen un seguimiento para que deje atrás una vida de tropiezos.
Por su parte, Andrés confiesa: “Yo quiero ser bombero, me gustaría estudiar y trabajar para salir adelante”. Sus actividades en cambio han estado enfocadas a lo cultural, acompañando los eventos de la ciudad en la logística y organización.
Este programa del que son parte Daniel y Andrés no es aislado. Junto a otros componentes que evitan las penas privativas de la libertad, conforman actualmente el Sistema de Responsabilidad Penal Adolescente, con el que Barranquilla hoy es pionero.
El jefe de la Oficina para la Seguridad y Convivencia Ciudadana, Nelson Patrón Pérez, explica que “esta es una estrategia innovadora de la Alcaldía Distrital que cuenta con el apoyo de importantes entidades entre los que se encuentran la Gobernación del Atlántico, la Fiscalía y el Gobierno de los Estados Unidos”.
Con los componentes innovadores, según explica Patrón, el Distrito contribuye a reescribir la historia de estos muchachos, generando procesos de restauración y de reconstrucción del tejido social en Barranquilla.
En el Sistema hay jóvenes como Edwin, que iniciaron su proceso siendo menores de edad y al alcanzar su mayoría de edad continúan en él, estando a poco tiempo de finalizarlo. “Como me quedaron cosas buenas, me quedaron cosas malas de mi infancia. Me quedó que debemos ser responsables, no volver a cometer lo que hice, cometer un delito”, asegura.
Además del programa de Justicia Juvenil Restaurativa, hoy el Sistema de Responsabilidad Penal Adolescente cuenta también con el componente de Seguimiento Judicial al Tratamiento de Drogas. Carlos es padre de uno de los jóvenes acogidos en este último y explica que el cambio de su hijo ha sido muy notable, razón por la que se siente “muy orgulloso”.
“Era una persona que llegaba borracho y en estado de drogadicción. Ahora que empezó el programa, gracias al seguimiento lo he visto que ha cambiado mucho y siento que es porque nos han ayudado. Cumple con sus horarios, todo eso ha cambiado”, asegura Vargas, quien también como padre adquirió el compromiso de asistir a la escuela de involucramiento parental, en donde le dan pautas sobre cómo manejar a muchachos que estén en problemas de drogas o comportamentales.
El acompañamiento al hijo de Carlos y a los jóvenes beneficiados incluye: celeridad en la atención médica, acceso al tratamiento farmacológico para su problema de consumo, acompañamiento clínico y psicosocial, así como la inclusión a la oferta social pertinente que le permita mejorar sus relaciones con la comunidad.
Con el Sistema de Responsabilidad Penal Adolescente, la Alcaldía Distrital de Barranquilla brinda un sólido acompañamiento a cada uno de los jóvenes de la ciudad que se encuentran en conflicto con la Ley. Además, gracias a este proceso, se trabaja por garantizar la seguridad en las calles de la capital del Atlántico y consecutivamente, por brindar mejor calidad de vida a todos sus habitantes.