El argentino, desconsolado, anunció su salida del equipo catalán y reconoció al PSG como “una posibilidad”.
Sin asiento, de pie delante del atril. Botellita de agua colocada debajo para cuando la emoción lo superase o los labios se le resecaran. Y lágrimas. Lágrimas que tal vez no se le hayan visto ni en sus derrotas más duras dentro del campo. Lágrimas de tristeza porque “esta vez sí quería” quedarse. Lionel Messi se despidió del FC Barcelona como nunca se lo vio.
Con absolutamente todos los trofeos (35) que ganó con el club, un club al que hizo bastante más grande de lo que ya era. Con su familia, Antonela y sus hijos, en primera fila. Con el ahora exentrenador y sus excompañeros en una abarrotada sala de prensa, en la que hubo barbijos pero todo se pareció bastante a la “vieja normalidad”.
“No sé si voy a poder hablar. En estos últimos días estuve pensando, dándole vuelta qué iba a decir. La verdad es que no me salía nada. Estaba bloqueado. Es muy difícil para mí. No estaba preparado. El año pasado, con el lío del burofax estaba convencido, sabía lo que tenía que decir. Pero este año no; estábamos convencidos de que íbamos a seguir acá, en casa”, reconoció para empezar, sin leer, sino con las palabras que le salieron del corazón.
“Llegué siendo muy chiquito con 13 años. Después de 21 años me voy con mi mujer, con tres catalanes-argentinos, no puedo estar más orgulloso de todo lo que hice aquí. Seguro que vamos a volver”, aseguró antes de desear haber dejado más que esas copas ganadas.
“Siempre intenté manejarme con humildad, respeto y así lo hice con todo el mundo de esta casa. Espero que eso sea lo que quede de mí, aparte de la suerte que tuve de vivir en lo deportivo”, se esperanzó.
Messi lamentó, claro, el no haber podido cerrar esta etapa con la gente del Barça: “Me hubiese gustado despedirme de otra manera, nunca imaginé mi despedida. No era así. Hubiera querido hacerlo con gente en el campo, poder escuchar un último cariño del público”.
A continuación hubo fácilmente un minuto de aplausos cerrados para el argentino, que no pudo contener el llanto desconsolado. A diferencia de aquel que derramó en el Maracaná tras vencer a Brasil y romper con 28 años de sequía de la Selección Argentina ganando la Copa América, esta vez fue de dolor.
Al llegar el turno de preguntas, Messi aseguró que “estaba todo arreglado, pero por el tema de La Liga no se pudo hacer. No hay más que eso”. Sin embargo, luego de asegurar que estaba “todo acordado y no se pudo hacer”, dejó ¿un tiro por elevación a la dirigencia?
“No sé, tengo claro que yo sí hice todo lo posible para quedarme -aseguró-. Laporta dijo que no se pudo por un tema de Liga. Escuché muchas cosas que se dijeron sobre mí. Hice todo lo posible para quedarme, era lo que quería. Este año sí y no se pudo”, reforzó, contestando con honestidad y reconociendo que esta vez no quería irse del club, a diferencia del año anterior.
En ese sentido, Messi dijo agregó: “La realidad es que cuando pasaron las elecciones fui a comer con el presidente y hablamos, cenamos. Después de esa comida estaba bastante convencido que iba a seguir, que lo íbamos a arreglar. Nunca fue problema el contrato mío. Luego pasó lo que pasó, no se pudo hacer y ya está. Ya sabíamos lo que habíamos decidido y pensado hacer”.
Sobre la renovación frustrada, el 10 aseguró que había aceptado una rebaja significativa pero que nadie le exigió ni le ofreció otra vía: “Yo había bajado el 50% de mi ficha, habíamos cerrado el contrato. No había nada más. Pero como se dijo por ahí, que me habían pedido bajar un 30% más, eso fue mentira”.
Lo que viene
El crack argentino remarcó que este es “el momento más difícil” de su carrera, especialmente porque “hasta ahora tenía posibilidades de revancha, pero ahora no, esto termina. Esto es otra historia”.
Precisamente pensando en el futuro, Leo admitió la chance de irse a jugar al Paris Saint-Germain. “(La de ir al club parisino) Es una posibilidad -dijo-. A estas horas no tengo nada arreglado con nadie. Varios clubes se han interesado y todavía no hay nada cerrado. Estamos hablando”, contó.
Y aclaró una situación particular, esa que lo tuvo tomándose una foto en Ibiza justo con jugadores del conjunto francés.
“Es una boludez. Me iba a juntar con (Angel) Di María y (Leandro) Paredes, ya lo dijimos. Íbamos a pasar la noche. Me llamó Neymar y me dijo ‘estoy en Ibiza, vamos a vernos’. Ahí nos juntamos todos, estaba Verratti también. Me dijeron que fuera a París, fue todo de broma, una casualidad y una foto a la que se le dio más importancia de la que tiene”