El municipio de Necoclí – Antioquia, está colapsado por una crisis migratoria sin precedentes recientes y por la que hay unas 9.000 personas que buscan llegar a Panamá en su camino hacia Norteamérica.
El alcalde de este pueblo de unos 40.000 habitantes, José Augusto Tobón, decretó la calamidad pública y pidió ayuda al Gobierno Nacional ante una situación que desborda las capacidades de las autoridades locales.
El funcionario ha asegurado a medios que es «la peor crisis de la historia» de su municipio porque miles de migrantes no han podido comprar los tiquetes para seguir su camino hacia Panamá.
Los migrantes buscan llegar en bote a otras zonas costeras para poder adentrarse al Tapón del Darién, la peligrosa selva fronteriza entre Panamá y Colombia, y seguir su camino hacia Norteamérica.
«Tenemos colapsados los sistemas de salud, servicios públicos y alimentos. No sabemos qué va a pasar con nosotros, tenemos una emergencia sanitaria porque estas personas no están vacunadas y todavía estamos bajo los efectos del covid», expresó Tobón.
Según Migración Colombia, más de 25.000 extranjeros, la mayoría haitianos que se dirigen a Panamá en su camino a Norteamérica, han entrado a Colombia irregularmente en lo que va de año.
Sin embargo, la Defensoría del Pueblo ha hecho «misiones de observación» según las cuales hay un registro de 33.000 personas provenientes de Haití, Cuba, Chile, Senegal y Ghana, entre otros países, que han transitado irregularmente en lo que va del año por las fronteras.
ATENCIÓN ESTATAL
El presidente Iván Duque pidió este jueves una respuesta regional ante este tipo de situaciones justamente para evitar que vuelva a suceder lo que ocurre en este momento en Necoclí.
«Tenemos que poner más controles, tenemos que poder cooperar con Panamá y otros países, pero la gente que accede a esta frontera no se quedan allí, quieren seguir hacia el norte y terminan cerca de la frontera sur de Estados Unidos», aseguró el mandatario en una charla virtual en el Council of Foreign Relations de Nueva York.
Por su parte, el defensor del Pueblo, Carlos Camargo, viajó a esa localidad caribeña para verificar la situación que ocurre desde hace más de diez días porque «la salida de lanchas se ha afectado debido a que las empresas de transporte no tienen la capacidad de prestar el servicio».
«Diariamente salen cerca de 850 personas de Necoclí e ingresan 1.500 más al municipio, es decir que todos los días aumenta el número de migrantes represados, lo que exige un plan de contingencia que permita superar la crisis», aseguró el defensor.
Entre tanto, un componente especial de la Policía fue enviado a Necoclí para garantizar la seguridad de los pobladores y migrantes.
ORIGEN DE LA MIGRACIÓN
El director de Migración Colombia, Juan Francisco Espinosa, explicó en una conferencia de prensa que el antecedente «más relevante» de esta situación es el terremoto que devastó Haití el 12 de enero del 2010.
«A partir de ese momento se produjo una salida masiva de haitianos que fueron recibidos principalmente en Brasil y posteriormente en Chile. Debido a diferentes medidas migratorias de algunos países han emprendido un nuevo viaje, no de retorno a Haití sino de búsqueda de alternativas principalmente en el norte del continente», detalló.
Las autoridades colombianas señalan que los migrantes que se aventuran a pasar por el Tapón del Darién son presa de los coyotes, que cobran altas sumas por llevar por la intrincada selva y muchas veces los viajeros perecen en esa travesía.
Hasta 2016, la mayoría de quienes pasaban de Colombia a Panamá eran de Asia o África, pero entre ese año y 2020 aumentó el número de cubanos y disminuyó el de asiáticos. Desde 2018 predominan los haitianos, que viajan en familias completas.