AstraZeneca, la farmacéutica sueco-británica que en colaboración con la Universidad de Oxford trabaja en el desarrollo de una vacuna contra el COVID-19, ha sufrido un nuevo contratiempo en su carrera por conseguirla.
A días de comunicar que uno de sus voluntarios había desarrollado una “reacción adversa grave”, que después se conoció que era una mielitis transversa, el ‘New York Times’ informa de que otra de las personas participantes en el ensayo también ha desarrollado un problema neurológico.
El periódico cita a fuentes cercanas al desarrollo de la vacuna que aseguran que este segundo paciente también sufriría mielitis transversa. Pese a esto AstraZeneca asegura que es “poco probable” que estas enfermedades estén asociadas y que “no hay evidencias” para afirmar “con certeza” que su vacuna pueda provocarlas.
La mielitis transversa es un trastorno neurológico que causa la inflamación de la médula espinal. Esta afección daña la mielina, es decir, el material aislante que cubre las fibras de las células nerviosas. Esta lesión altera el sistema nervioso al interrumpir la comunicación entre los nervios de la médula espinal con el resto del cuerpo.