El empresario, banquero y político de centroderecha Guillermo Lasso juró este lunes como nuevo presidente de Ecuador, para los próximos cuatro años, en una ceremonia efectuada en la Asamblea Nacional (Parlamento), en Quito, a la que asistieron altas autoridades de varios países amigos.
La toma de juramento estuvo a cargo de la presidenta de la Asamblea Nacional, Guadalupe Llori, quien también le impuso la banda presidencial y la condecoración del Gran Collar de la Orden Nacional al Mérito, el máximo galardón del Estado ecuatoriano.
El presidente firmó también su primer decreto ejecutivo, por el cual asumió la Presidencia Constitucional de la República de Ecuador para los próximos cuatro años.
Posteriormente, la presidenta de la Asamblea tomó juramento al nuevo vicepresidente de la República, Alfredo Borrero, con quien Lasso ganó la segunda ronda de los comicios generales del pasado 11 de abril sobre el progresista Andrés Arauz.
Tras la investidura, el presidente saliente, Lenín Moreno, y su vicepresidenta, María Alejandra Muñoz, abandonaron el Palacio Legislativo en medio de aplausos de sus seguidores, aunque también se escuchó un grito de reproche contra el ahora exmandatario.
El rey Felipe VI de España, los presidentes de Brasil, Jair Bolsonaro; Haití, Jovenel Moise, y República Dominicana, Luis Abinader, así como los cancilleres de Costa Rica, Nicaragua, Panamá, Uruguay, Guatemala, Bolivia, Argentina y España y otras altas autoridades de varios países e instituciones internacionales solemnizaron la investidura del nuevo gobernante ecuatoriano.
Lasso, de 65 años, sustituyó a Moreno, quien dejó el poder tras cuatro años como Presidente de un país agobiado por una aguda crisis económica y sanitaria, debido a la pandemia del coronavirus.
Este “es un día de renovación porque el Gobierno que hoy nace tiene la responsabilidad de liderarnos hacia un nuevo siglo de republicanismo”, dijo Lasso en su discurso de investidura en el que prometió que trabajará por los sectores más vulnerables de la sociedad.
También dijo que en su Administración “se inicia el camino al Ecuador del encuentro”, que recoja su diversidad social y las diferentes orientaciones de pensamiento, con el objetivo de alcanzar un país equitativo y de prosperidad.
Tras la ceremonia de investidura, el nuevo presidente irá hasta el Palacio de Carondelet, la sede del Gobierno, para ocupar su despacho y firmar los decretos ejecutivos con los que designa oficialmente a su gabinete de ministros y principales colaboradores.