Por: Yasher Bolívar Pérez
Con la voz entrecortada y el corazón desgarrado, Jamie Vardy ha confirmado lo inevitable: su salida del Leicester City al finalizar la temporada 2025. Con 38 años y tras trece campañas como emblema del club, el ícono del título más improbable en la historia de la Premier League pone punto final a una era que desafió la lógica del fútbol moderno.
“Estoy devastado”, confesó el delantero nacido en Sheffield, símbolo de una epopeya que trascendió el deporte. Su historia, tejida desde la quinta división y forjada entre fábricas y estadios de barro, culmina con casi 500 partidos, cinco títulos, dos ascensos, un ‘pichichi’ y una Premier que redefinió la palabra “milagro”. Vardy no solo fue el goleador de una hazaña; fue su corazón, su bandera, su leyenda viviente.
El Leicester pierde a su último bastión del 2015-16, pero su huella es indeleble. Se marcha el hombre que hizo del “Jamie Vardy is having a party” un grito de guerra y un relato de redención. Su legado no se mide en goles, sino en la certeza de que, en el fútbol, lo imposible también se juega.