En un ambiente reservado y solemne, el papa Francisco recibió este domingo al vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, en la residencia de Casa Santa Marta. Este encuentro, de alto valor simbólico, se convirtió en la última audiencia oficial del pontífice con un alto funcionario extranjero, marcada por el deterioro visible de su estado de salud.
Durante la reunión, el papa lucía visiblemente afectado por su condición médica. Ya no podía caminar por sí solo y mostraba un notorio desgaste físico, acentuado por una inflamación considerable atribuida a los medicamentos prescritos para tratar sus persistentes problemas respiratorios. La imagen fue conmovedora para los presentes, quienes destacaron su esfuerzo por mantener la cordialidad a pesar de su debilidad.
JD Vance agradeció el gesto del sumo pontífice y destacó la trascendencia espiritual del encuentro, asegurando que la conversación giró en torno a temas de dignidad humana, paz global y el papel de la fe en tiempos de incertidumbre. El vicepresidente estadounidense también expresó su admiración por la entereza del papa en medio de su quebranto físico.
El Vaticano no emitió un comunicado oficial posterior al encuentro, pero fuentes cercanas al pontífice confirmaron que esta fue probablemente su última audiencia de carácter internacional, reflejando el cierre de una etapa en medio de su frágil estado de salud.