“Que el señor al Alcalde se digne a no programar partidos hasta que la situación del país esté normal, que la gente se estabilice, se acabe el paro y que la gente que está en la justa protesta sea escuchada”, así lo manifestó, Orlando Pulido, un comerciante que tiene su local en la calle 72, entre carreras 47 y 53, de Barranquilla, cerca al estadio Romelio Martínez.
“Ya estábamos preocupados por la pandemia, la situación en general del país, y ahora se agrava con los partidos de fútbol. Esa es la gran razón por la que se motivó esa tragedia”, indicó.
Los comerciantes indican que todo esto se sabía que podía suceder, desde el pasado jueves 6 de marzo, cuando Junior se medía ante Fluminense, por Copa Libertadores.
Pulido también cuestiona el número de locales comerciales que fueron afectados por manifestantes que se enfrentaron a la fuerza pública. Indicó que solo en sus negocios, 25 millones de pesos han costado los daños en vidrios y en su estructura. Calculó en que podrían ascender a 100 millones de pesos las pérdidas por cada cuadra.