El Vaticano informó que el Papa Francisco tuvo “un ataque aislado de broncoespasmo que derivó en un episodio de vómitos con inhalación y un empeoramiento repentino del cuadro respiratorio”.
Ante la situación, el Pontífice recibió atención médica inmediata, incluyendo un procedimiento para eliminar fluidos de las vías respiratorias y ventilación mecánica no invasiva, una técnica que ayuda a mejorar la oxigenación sin la necesidad de intubación.
En el reporte médico se agrega que Francisco “permaneció siempre vigilante y orientado colaborando en las maniobras terapéuticas. El pronóstico sigue siendo reservado”.