Según un reporte reciente de la Federación Nacional de Departamentos, Colombia atraviesa una alarmante escalada de violencia, con al menos 12 frentes de conflicto activos en distintas regiones.
Entre las zonas más afectadas se encuentran Norte de Santander, el sur de Bolívar, el Bajo Cauca antioqueño, Arauca, Vichada-Guainía, Guaviare-Meta, el Pacífico chocoano, el norte del Cauca, Nariño, Putumayo-Caquetá, La Guajira y el Valle del Cauca. Estos territorios son escenario de enfrentamientos intensos entre grupos armados ilegales que disputan el control de áreas estratégicas y las rutas del narcotráfico, uno de los principales motores de la violencia en el país.
El informe advierte sobre el preocupante fortalecimiento de organizaciones como el Ejército de Liberación Nacional (ELN), las Disidencias de las Farc, el Clan del Golfo y otros grupos ilegales. Estas estructuras, que operan con características similares a carteles transnacionales, han incrementado su capacidad operativa mediante el reclutamiento forzado de menores de edad, una práctica que profundiza la crisis de seguridad y vulnera gravemente los derechos humanos.