El Ejército Nacional de Colombia ha enviado 300 militares para reforzar la seguridad en la región del Catatumbo, en el departamento de Norte de Santander, donde la violencia entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las FARC ha dejado más de 30 muertos y una población aterrorizada.
El comandante de la Segunda División del Ejército, general Giovanni Rodríguez, explicó que el despliegue tiene como objetivo “neutralizar las confrontaciones entre el grupo armado organizado residual de la estructura 33 y el ELN”, quienes están generando víctimas y afectando a la población en varias áreas del Catatumbo.
La ofensiva, que comenzó el jueves en las zonas rurales de los municipios de la región, ha sorprendido a los habitantes, que han tenido que huir para protegerse de los intensos tiroteos. Los enfrentamientos, que se han registrado principalmente en los caseríos, han sido documentados en videos publicados en redes sociales, donde se pueden escuchar ráfagas de fusil y ametralladoras.
Hasta el momento, más de 30 personas han perdido la vida, incluidos cinco desmovilizados de las FARC que se habían acogido al acuerdo de paz de 2016. También se reportan más de 20 heridos y el desplazamiento masivo de familias que buscan refugio. Además, se encuentra en búsqueda de 22 personas, 10 de ellas mujeres, que se habrían visto secuestradas en el caserío de El Aserrío, en el municipio de Teorama.
El gobernador de Norte de Santander, William Villamizar, informó que “poblaciones confinadas están esperando la posibilidad de un corredor humanitario para poder salir y desplazarse a Ocaña o Cúcuta”, mientras se siguen realizando esfuerzos para brindar ayuda a los afectados.
La situación ha llevado al presidente Gustavo Petro a suspender los diálogos de paz con el ELN, a quien acusó de no tener voluntad de paz. Estos hechos han sido calificados como “crímenes de guerra” por el gobierno colombiano, y la Fuerza Aeroespacial Colombiana (FAC) también ha participado en las operaciones de evacuación para trasladar a los heridos y personas amenazadas por los grupos armados ilegales.
La situación continúa siendo grave, y las autoridades han intensificado las labores de seguridad en la zona para evitar más tragedias y brindar apoyo humanitario a los afectados.