En las últimas semanas, la región del Catatumbo, en el departamento de Norte de Santander, se ha visto envuelta en una creciente violencia entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y disidencias de las FARC, dejando hasta ahora cinco muertos y varios desaparecidos. La situación ha generado una fuerte reacción del Gobierno Nacional, que, a través del presidente Gustavo Petro, decidió suspender las negociaciones con el ELN. “Lo que ha cometido el ELN en el Catatumbo son crímenes de guerra. Se suspende el proceso de diálogo con este grupo. El ELN no tiene ninguna voluntad de paz”, declaró el mandatario.
Según el fiscal general de la Nación, esta crisis ya era previsible. El aumento de guerrilleros en las filas del Frente 33 de las FARC ha generado un descontento considerable en el Frente Nororiental del ELN, lo que ha exacerbado las tensiones en la región. La disputa está relacionada con varias actividades ilegales que ambas facciones controlan, como el tráfico de droga, el robo de crudo de los oleoductos de Ecopetrol y la extorsión a empresas mineras, que se disputan en una de las zonas con mayor presencia de cultivos de coca en Colombia.
El ELN, que históricamente ha tenido presencia en el Catatumbo, comenzó a sentir las fricciones con las disidencias desde 2022. Estas tensiones se han intensificado debido al reclutamiento de personas en la región por parte de las disidencias, que han utilizado estrategias como la inauguración de infraestructuras, la entrega de mercados y regalos a niños para ganar apoyo popular, lo cual el ELN percibe como una amenaza para su control territorial.
Además, el fiscal indicó que la postura del Gobierno de entablar negociaciones con las disidencias de las FARC lideradas por alias ‘Andrey’, ‘John Mechas’ y ‘Richard’ ha incomodado al ELN. Este grupo guerrillero considera que dicha alianza podría afectar sus operaciones en el futuro, alimentando aún más el conflicto.
En cuanto a la respuesta del Gobierno, el comisionado de Paz, Otty Patiño, señaló que, aunque se han suspendido las conversaciones con el ELN, aún no se han reactivado las órdenes de captura contra sus miembros que forman parte de las mesas de diálogo. Esto se debe a que existen protocolos establecidos que deben cumplirse rigurosamente al suspender o romper las negociaciones con grupos ilegales. “Todo eso hay que revisarlo y hay que acudir a los protocolos que ya se han acordado, porque si algo tiene este Gobierno es el cumplimiento de lo pactado”, aseguró Patiño.
En este contexto, las autoridades están poniendo especial atención en Robinsón Navarro Flórez, alias Alfred, comandante del Frente de Guerra Nororiental del ELN, quien se encuentra en el centro de las investigaciones por los recientes hechos de violencia en la región.
La situación en Catatumbo sigue siendo crítica y requiere de medidas urgentes para evitar que el conflicto se siga intensificando, mientras el Gobierno busca equilibrar sus compromisos con los protocolos de paz y el control de la violencia en el terreno.