El pontífice y el mandatario español dialogaron en un ambiente de cordialidad y durante 35 minutos en la biblioteca del palacio pontificio del Vaticano, donde Sánchez le habló de sus “dos hijas de 17 y 20 años” tras asegurar que siempre “es un placer estar aquí”, según las imágenes proporcionadas por el Vaticano.
Tras la reunión entre ambos en privado, se produjo el encuentro con la delegación española, de la que formaba parte la embajadora ante la Santa Sede, Isabel Celaá, y el intercambio de regalos.
El mandatario donó al pontífice un cofre de monedas conmemorativas acuñadas en el 50 aniversario de la muerte del artista español Pablo Picasso (1881-1973), “un defensor de la paz”, según comentó el presidente español mientras le mostraba con detalle las piezas.
Por su parte, el pontífice argentino entregó a Sánchez una obra de terracota titulada “Ternura y Amor”, además de varios de sus textos, como su Mensaje para la Paz de este año y el Documento sobre la fraternidad humana.
Fue al despedirse, y tras darse la mano, cuando Francisco instó a Sánchez: “Adelante”.
A su llegada al Vaticano, Sánchez había sido recibido por el jefe de la Prefectura de la Casa Pontifica, Leonardo Sapienza, y los ‘gentilhombres’ que le acompañaron en un recorrido por los pasillos decorados de frescos hasta llegar a la Segunda Logia, donde se encuentra la biblioteca del apartamento pontificio en la que se celebran las audiencias.
En sus reuniones en la Secretaría de Estado vaticana, tras su encuentro con el papa Francisco, se abordó “la importancia de un compromiso urgente para apoyar la paz” en Oriente Medio, así como de “la grave crisis migratoria, especialmente en el Mediterráneo y en las Islas Canarias”, según el Vaticano.