En los próximos días los moteles de Barranquilla reabrirán sus puertas en el marco de la reactivación económica que se inició en la ciudad, luego de enfrentar el pico de contagios de COVID-19, que se registró durante la segunda quincena de junio y las primeras tres semanas de julio.
Asoremo, la Asociación de Residencias y Moteles de la ciudad, aseguró que 10 de los 149 negocios que han radicado protocolos de bioseguridad ante la alcaldía ya se encuentran funcionando, previo lleno de los requisitos exigidos por las autoridades e implementando las nuevas medidas de bioseguridad.
Dentro de las nuevas medidas con las que se reinició la operación de estos establecimientos, está el ingreso de solo dos personas por habitaciones, incluso a las conocidas múltiples, la toma de temperatura a las parejas previo al ingreso, así como la realización de una encuesta para conocer si tienen algunos síntomas de COVID-19, la desinfección completa de la habitación a través de fumigación, la restricción del uso de muebles eróticos, del mini bar y hasta la venta de toallas y sábanas desechables.
“Hicimos un estudio minucioso y hace más de dos meses presentamos a la alcaldía unos protocolos de bioseguridad. Hicimos también un plan piloto para revisar cómo funcionaban, cuáles eran las fallas y minimizar el impacto de focos de infección”, dijo Emilio Rodríguez, presidente de Asoremo.
En Barranquilla son 100 los negocios asociados a Asoremo que generaban cerca de 2.000 empleos directos, la mayoría de ellos a madres cabeza de hogar.
Con la reapertura de este sector de la economía se están reactivando al menos 300 empleados que estaban sin recibir sueldos.
Sin embargo, apesar de que hay vía libre para volver a operar, Asoremo estima que cerca del 40% de estos negocios no abrirán por ahora, debido a la crisis económica que les ha dejado la pandemia.