Luce fuerte, verde, lleno de vida y presto para darle un respiro al planeta, se trata de Gabriel, uno de los 30 árboles sembrados por estudiantes de la Institución Educativa San Nicolás de Tolentino, en Puerto Colombia, en el programa Herederos del Planeta de la Fundación Triple A, con el respaldo de la caja de compensación familiar Comfamiliar y la Corporación Autónoma Regional del Atlántico.
Casi en una esquina en el jardín, diagonal al kiosco, en el patio del San Nicolás de Tolentino fue sembrado un árbol de matarratón al que David, de 8 años y estudiante de tercer grado, bautizó como Gabriel en homenaje a su hermanito menor.
“Le puse Gabriel, porque así se llama mi hermano, que también es pequeño y al que también quiero mucho, es el menor de la casa. Quiero que crezca fuerte y sano, también quiero que el arbolito crezca grande y sano, que le dé mucho sol y que tome bastante agua”, explicó David, uno de los 24 estudiantes que integran el programa Herederos del Planeta.
El árbol Gabriel mide cerca de un metro, es delgado, pero se ve en perfecto estado y es parte de un lote de 30 árboles forestales donado por la Corporación Autónoma Regional del Atlántico (C.R.A.).
“La Corporación Regional del Atlántico se vincula al programa Herederos del Planeta con tres aspectos fundamentales: con la donación de árboles forestales, asesoría técnico ambiental y capacitación de la comunidad educativa”, explicó Gloria Farah, vocera de la C.R.A.
Por su parte, Karolay Villar, vocera de la Fundación Triple A, se refirió al propósito de la entidad. “Buscamos generar conciencia ambiental en las instituciones educativas, trabajando con niños de primaria y bachillerato los cuales reciben talleres medioambientales relacionados con el cuidado del agua, manejo de residuos; de la misma forma realizamos proyectos más grandes como el desarrollo de huertas o siembra de árboles”.
“La meta es que podamos dejar estos proyectos funcionando y que los estudiantes tengan la capacidad y el compromiso de mantener estos árboles sembrados como aporte al cuidado del medioambiente”, añadió Villar.
Finalmente, Saray Peralta, educadora de la Institución Educativa San Nicolás de Tolentino, dio fe del impacto del programa Herederos del Planeta en sus estudiantes. “Los niños han estado más motivados en aprender y poner en práctica lo visto en el taller. Notamos que preguntan bastante, que están inquietos y eso es satisfactorio”.
Herederos del Planeta continuará actividades en esta institución y en otras más en el Departamento con el firme objetivo de generar un impacto positivo en el medioambiente atlanticense.