Lo anterior desató una fuerte crítica por parte de diversos sectores políticos en contra del gobierno de Gustavo Petro, que acusaron de ser “cómplice” del “fraude” electoral” de Nicolás Maduro.
De acuerdo con el embajador de Colombia en la OEA, Luis Ernesto Vargas, la razón de la abstención es que Venezuela no tiene representación en la OEA desde el 2017, por lo que sería un simple “saludo a la bandera”.
El funcionario también cuestionó una declaración pasada de Luis Almagro, secretario general de la OEA, en la que pidió al líder chavista aceptar la derrota.
Con esto, una vez más, se vio frustrado un nuevo intento de exigirle al el Consejo Nacional Electoral (CNE) que haga públicas las actas que dieron como ganador a Maduro con el 51,2 % del apoyo en las urnas, para permitir un escrutinio transparente con auditoría internacional.
El lunes pasado, el Centro Carter que participó como observador en las elecciones de Venezuela con un total de 17 expertos en tres estados del país (además de Caracas), también había hecho esta solicitud al ente comicial argumentando que el proceso “no se adecuó” a los parámetros y estándares internacionales de integridad electoral.
La jefa de la misión de observación, Jennie Lincoln, en diálogo con 6AM Hoy por Hoy, calificó como no democrática las elecciones en el país vecino y describió algunas de las “numerosas” irregulares que evidenció su equipo de expertos electorales:
“La elección en Venezuela no cuenta con estándares internacionales, la falta de transparencia del Consejo Nacional Electoral no ha servido al pueblo venezolano y es inaceptable en un mundo democrático”.
Para Lincoln, que el Consejo Electoral, pasados cuatro días desde que se celebraron las elecciones, no haya publicado la totalidad de las actas pone en duda los resultados con el que dieron la victoria de Maduro: “El CNE electoral tiene que entregar los datos de cada mesa, de las 30 mil 26 mesas electorales, para probar el conteo que anunciaron la noche del domingo”.
Irregularidades que observó el Centro Carter
Con respecto al desarrollo de la jornada electoral, Lincoln indicó que el Centro Carter no pudo corroborar la autenticidad de los resultados declarados por el CNE, debido a que los testigos de los partidos políticos no recibieron las actas originales de cada mesa al culminar la votación, lo que constituye una grave violación de los principios electorales:
“Solo vimos el recibo de estas papeletas que son comprobantes del conteo de un voto electrónico. La irregularidad profunda esa noche fue que no se entregó a todos los testigos el acta de la mesa para probar el conteo”.
Durante la jornada, el Centro Carter también evidenció que las autoridades del CNE “mostraron parcialidad a favor del oficialismo y en contra de las candidaturas de la oposición”. En términos generales el ambiente electoral se vivió con libertades restringidas en detrimento de actores políticos, organizaciones de la sociedad civil y medios de comunicación.