Las infecciones por coronavirus en India han alcanzado picos récord en los últimos días, y el número de muertes ha ido en aumento. Pero el recuento oficial de muertes no relata la historia completa, según los expertos.
Tan saturado se encuentra un horno crematorio de Nueva Delhi, que sus actividades ahora se han extendido hasta el parqueadero adyacente.
Esto comenta uno de los encargados de las cremaciones en el parqueadero, “Comenzamos cuando sale el sol y las cremaciones continúan más allá de la medianoche”, Quien con la mirada perdida entre las llamas y cenizas.
Solo entre el 18 y 25 de abril, India registró 2,24 millones de nuevos casos de coronavirus, la cifra más alta registrada por un país en un periodo de siete días. También registró 16.257 muertes, casi el doble de las 8.588 registradas la semana anterior, según datos del Ministerio de Salud.
A tal punto ha llegado la India que las empresas funerarias encargadas de las cremaciones temen tener que cremar a los muertos en las carreteras porque no tienen espacio, sin embargo, no deja de ser desgarrador sentir el dolor de familias enteras llorando a sus seres queridos en el borde de la carretera, esto, esperando el turno de la cremación de sus familiares difuntos, los cuales permanecen envueltos en lienzos blancos.
En las últimas 24 horas, el país reportó 352.991 nuevas infecciones y 2.812 muertes relacionadas con el COVID-19. En total, hasta ahora, 195.123 personas han muerto en India, mientras que 17,3 millones de personas se han contagiado con el virus.
El ensordecedor ruido que generan las sirenas de las ambulancias, parece mezclarse entre humo y las llamas, dejando saber que otros cuerpos no dejan de sonar.
Entre tanto, los habitantes de los edificios que rodean el crematorio soportan el hedor de los cuerpos calcinados y las lamentaciones de las familias en duelo, mientras la presión del cuerpo médico de hospitales y clínicas se torna cada vez más tensa como consecuencia de la segunda ola devastadora de la epidemia de coronavirus, donde se ven morir personas en las puertas de los centros de salud o en sus hogares por falta de camas, medicamentos y oxígeno.
“Las angustiantes escenas de pacientes que mueren en las ambulancias y de cadáveres que arden fuera de los crematorios, e incluso en las aceras de las ciudades y pueblos, muestran claramente que la tragedia es mucho mayor”, señala el médico indio Anoop Saraya.
24 horas y sin dar abasto, los crematorios no dan tregua, sus chimeneas se agrietan y las armaduras metálicas de los hornos terminan por fundirse bajo la intensidad del calor. Incluso la madera que se utiliza en esta actividad ha comenzado a escasear, teniendo que pedir a familiares de fallecidos en turno para cremar, traer su propio combustible.
El balance oficial de las muertes por coronavirus dista mucho de la realidad, teniendo en cuenta la afluencia de cuerpos, según algunas funerarios y crematorios, si se tiene en cuenta que en los últimos tres días, el crematorio de Seemapuri, en el noreste de Nueva Delhi, ha organizado más de 100 funerales por día y ya no tiene espacio.
“Hemos tratado de acoger las cremaciones en los callejones y en todos los lugares en los que podíamos encontrar espacio, pero los cuerpos no paran de llegar”, cuenta el coordinador Jitender Singh Shanty, vestido con un traje de protección azul y un turbante amarillo y añade que, “Hemos tenido que pedir a las autoridades que nos permitan extender la instalación hasta el parqueadero”.
Singh Shanty sostiene que su crematorio ha incinerado alrededor de 600 cuerpos desde principios de mes, y las familias siguen esperando horas antes de poder realizar los últimos ritos mortuorios.
“Si la situación no mejora”, añade, “podríamos tener que proceder a la cremación en la carretera, ya que ya no tenemos más espacio”.
D.A.