China inició ayer dos días de ejercicios militares “alrededor de la isla de Taiwán” como “fuerte castigo” por “los actos separatistas” en este territorio tras la investidura de un nuevo presidente detestado por Beijing.
Lai Ching-te asumió el lunes como presidente con un discurso en el que celebró la democracia de Taiwán e instó a China a “cesar su intimidación política y militar”. Sin embargo, es considerado por las autoridades comunistas como un “peligroso separatista”.
China, que reivindica su soberanía sobre esta isla gobernada separadamente desde 1949 y que nunca ha descartado el uso de la fuerza para tomar su control, denunció sus palabras como una “confesión de independencia”.
Las maniobras empezaron con el despliegue de aeronaves y barcos militares “alrededor de la isla de Taiwán” para poner a prueba sus capacidades de combate, según anunció el Ejército Popular de Liberación de China.
Son una “advertencia seria” dirigida a los “independentistas” de la isla, que acabarán “ensangrentados”, señaló un portavoz de la diplomacia china, Wang Wenbin.
Ante la escalada, las autoridades taiwanesas respondieron de inmediato y movilizaron sus fuerzas marítimas, aéreas y terrestres.
“Continuaremos defendiendo los valores de la libertad y la democracia”, aseguró el presidente Lai, agregando que permanecerá en primera línea con nuestros hermanos y hermanas en el ejército para defender juntos la seguridad nacional”, añadió.
En coordinación con el ejército, la Guardia Costera de Taiwán desplegó su flota para “monitorizar los movimientos en las aguas marítimas circundantes” y defender “la soberanía y la seguridad del país con una actitud firme”.
Taiwán desplegó cuatro aviones de combate desde la base de Hsinchu, a unos 60 km al suroeste de Taipéi.
En unas imágenes difundidas por la Guardia Costera taiwanesa en redes sociales, aparecen oficiales instando a los buques chinos, por un altavoz, a abandonar el lugar.
“Sus movimientos afectan al orden y a la seguridad de nuestro país, den media vuelta y dejen nuestras aguas lo antes posible”, señala uno de ellos.
Los ejercicios “se desarrollan en el estrecho de Taiwán, al norte, al sur y al este de la isla de Taiwán”, informó la agencia oficial de prensa china Xinhua.
Según el coronel Li Xi, portavoz del ejército, las maniobras suponen “un fuerte castigo por los actos separatistas de las fuerzas de la ‘independencia de Taiwán’ y un serio aviso contra la interferencia y la provocación de fuerzas externas”. Con ellas, se pondrán “a prueba las capacidades conjuntas de combate real”, dijo.
Las relaciones entre Beijing y Taipéi se deterioraron notablemente desde el ascenso al poder de la presidenta taiwanesa Tsai Ing-wen en 2016 que, como su sucesor Lai, es una firme defensora del modelo democrático de la isla.