En la escuela Gonzalo Jiménez de Quesada, en Sibaté, Cundinamarca, se conoció de un escándalo que involucra a la Policía, puntualmente, a un patrullero que ha levantado una seria acusación contra uno de sus superiores.
Todo comenzó el pasado viernes cuando ese patrullero, en compañía de uno de sus compañeros, salió a departir en el centro de este municipio.
Dicen que estuvieron casi hasta la 1:00 de la mañana, luego salieron hacia el barrio Santa Isabel, donde se encontraron con varios suboficiales que estaban consumiendo licor. Según se conoció, el patrullero denunciante se quedó con varios de ellos.
Lo que parecía ser una noche más entre compañeros, dio un giro cuando el denunciante, tras haber consumido alcohol en exceso, fue llevado a un lugar apartado bajo el pretexto de que descansara y se recuperara del estado de embriaguez.
Sin embargo, en medio de esa supuesta atención, habría sido objeto de abuso sexual por parte de uno de sus superiores.
Al siguiente día, la esposa de ese patrullero llegó hasta su vivienda, dice él que no lo denunció precisamente por respeto a la mujer y fue hasta el pasado domingo cuando les avisó a los superiores que el subintendente habría abusado sexualmente de él.
Ahora, tanto la Sijin como la Sipol de Cundinamarca han tomado las riendas de la investigación.
El patrullero fue evaluado por el equipo médico de la escuela de suboficiales y luego trasladado a un hospital en Bogotá para una evaluación más detallada.