Sólo cinco días le han hecho falta a Meta para convertir Threads, su alternativa a Twitter, en la red social y la aplicación con más rápido crecimiento en la historia reciente de Internet. Más de 100 millones de usuarios han descargado ya la app y creado una cuenta, y eso a pesar de que Threads aún no está oficialmente disponible en Europa.
Para hacerse una idea de lo que supone basta señalar que, hasta ahora, el récord lo ostentaba ChatGPT, la aplicación de la empresa OpenAI que permite charlar con una inteligencia artificial. Llegó a los 100 millones de usuarios dos meses después de lanzarse al público.
Meta, es cierto, lo tenía mucho más fácil. Threads es un clon de Twitter que permite a los usuarios publicar pequeños mensajes de texto de 500 caracteres acompañados de fotos o vídeos y seguir las publicaciones de otros miembros de la red.
Pero lo que hace diferente a Threads de otras alternativas que han surgido a Twitter desde la llegada de Elon Musk es la facilidad con la que es posible crear una nueva cuenta. Se trata de un servicio asociado a la popular red social Instagram. Cualquiera que tenga una cuenta en Instagram puede empezar a publicar en Threads en un solo paso y pulsando un único botón.
Gracias a ello, Meta ha conseguido atraer a su nueva red social a famosos e influencers que hasta ahora se habían mantenido alejados de otros clones de Twitter.
Meta también ha aprovechado el resentimiento que hay entre muchos usuarios veteranos de Twitter hacia Elon Musk, que compró la red social del pájaro azul el año pasado por 44.000 millones de dólares y ha realizado cambios drásticos desde su llegada, recuperando cuentas que habían sido expulsadas por hacer comentarios extremos -como varias figuras de la extrema derecha norteamericana-, aumentando la cantidad de publicidad que se muestra al usar la red y cerrando el soporte para aplicaciones de terceros.
El éxito de Threads no ha pasado desapercibido en Twitter. La semana pasada, el equipo de abogados de Elon Musk amenazó a Meta con emprender acciones legales por vulnerar su propiedad intelectual. Elon Musk también se ha mostrado algo inquieto en los últimos días, y ha llegado a llamar a Mark Zuckerberg, fundador y presidente de Meta, “cornudo” al tiempo que le ha retado -aunque cueste creerlo- a medirse el pene públicamente.