Así lo dio a conocer la Canciller de Panamá, Erika Moutnes, quien pidió al gobierno Colombiano adelantar una “reunión inmediata” para tratar el tema del creciente tráfico de migrantes irregulares por la frontera común en su ruta hacia Norteamérica, manifestando que “El aumento que se ha dado particularmente en los últimos días de la semana” en la llegada de migrantes irregulares a través de la selva del Darién, frontera natural con Colombia, de “manera inmediata” Panamá solicitó una “reunión binacional”.
Asimismo, el Gobierno panameño planteó que en la cita, cuya fecha y lugar de celebración se desconoce, participen “los ministros de Seguridad, las autoridades de Migración, ambas cancillerías obviamente, para tratar de atender este aumento que se ha dado” en el tráfico de migrantes.
El gobierno panameño busca con esta reunión una “solución integral” al tema migratorio irregular “hay que involucrar a Estados Unidos, que es el país al que ellos aspiran llegar, impactando claramente” , agregando que “Estos migrantes llegan a otros países en Suramérica: Brasil, Chile, Ecuador y entonces inician ese trayecto”, incluyendo a Panamá, resaltó.
Entre tanto, el ministro panameño de Seguridad, Juan Pino, dijo el jueves pasado que en lo que iba de este año unos 7.000 migrantes, especialmente familias enteras de haitianos pero también asiáticos, africanos y cubanos, habían entrado a Panamá por la frontera con Colombia, 2.000 de ellos en las últimas dos semanas.
Pino, que precisó que unos 3.400 migrantes aún permanecían en territorio panameño, atribuyó ese “aumento considerable y repentino” en el flujo de migrantes a la apertura de fronteras terrestres, que estuvieron cerradas buena parte de 2020 debido a la pandemia en curso.
La canciller recordó que el Estado panameño ofrece ayuda humanitaria a los migrantes, como es “atención sanitaria, alimentación”, en un “esfuerzo” que “hay que visibilizarlo internacionalmente”.
“Entonces es un ejercicio de dos vías: visibilizando y visualizando la atención que da Panamá (a los migrantes en tránsito) en el contexto internacional, esta ayuda humanitaria, y luego buscando una solución de manera integral a esta situación”, sostuvo la canciller panameña.
Cada año miles de migrantes irregulares movidos por traficantes de personas llegan a Panamá procedentes de Suramérica y con destino a Estados Unidos, en un flujo que ha generado crisis humanitarias en el istmo centroamericano en los últimos años.
El cierre de las fronteras en el 2020 produjo una aglomeración de estos viajeros en albergues situados en caseríos indígenas del Darién panameño, lo que llevó a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CorteIDH) emitir en mayo de ese año una resolución en la que ordenó al Estado panameño resolver el hacinamiento y garantizar el acceso a servicios sanitarios de esta población en tránsito.