Así lo dio a conocer en las últimas horas el agente liquidador de la cadena Justo & Bueno, refiriéndose a la difícil situación de las tiendas de bajo costo.
Es así como ven el panorama los proveedores tras la liquidación de Justo & Bueno, donde Darío Laguado Monsalve, liquidador de la compañía, habló acerca de la situación económica de la marca y a cómo va el proceso de la compañía en Colombia.
“La nómina de 5.800 trabajadores fue degradándose a 4.000 y luego a 3.000. Ese día, 4 de agosto, todos quedaron cesantes. Pero esa situación no hay cómo pagarla…Hemos pagado, de cuentas laborales, 6.000 millones de pesos, a 3.700 trabajadores correspondientes al mes de mayo. Queda una cola muy grande, de unos 180.000 millones de pesos. Muy fácil arreglar el problema si uno piensa en las 1.057 tiendas que tenía en funcionamiento, con la mercadería y funcionamiento. Pero no ha sido así, porque el cierre repentino generó una realidad muy compleja”, señaló.
Ante un panorama desesperanzador, el agente liquidador indicó que no hay dinero para reponer a los acreedores y que lo que se perdió es una cifra gigantesca.
“Hay 15.000 reclamaciones, con proveedores de toda naturaleza, entre ellos tecnología y combustibles. Y pienso que todos los proveedores de alimentos perdieron su plata, no hay ni un solo peso para pagarles….Ese grupo de empresarios tiene razones para estar enojados. Y en arriendos, que el inquilino le deba a los arrendadores 22 meses estaría enojado. Formalmente presentaré el estado de cuentas el 15 de enero y se confirmará que el desfalco es cercano al billón de pesos”, resaltó.
Laguado Monsalve explicó en la entrevista cuáles fueron, a su parecer, las causas de la quiebra de la cadena de tiendas y entregó un panorama de cómo funcionaba el modelo operativo de la cadena y el funcionamiento de los arriendos a nivel nacional.
“Todos ponían, menos el empresario organizador, que no tenía un capital de respaldo fuerte. Diseñó un modelo que podrá ser exitoso en otros lugares, pero acá no tenía eso. Todo era ajeno, los camiones estaban en renta, los locales también. No teníamos ni siquiera oficina. Esto estaba en 29 departamentos, era una cadena nacional, incluso operaba en el Amazonas…Al proveedor de neveras le arrendaron 1.500 neveras. Cuando viene el desplome, tuvo el problema de recogerlas y cuando preguntó por el canon de arrendamiento le dijeron: se perdieron. Y prácticamente quedó quebrado“, enfatizó.