Por: Carlos Acosta Juliao
El programa distrital ‘Todos al Parque’ es finalista de uno de los premios mundiales de urbanismo más importantes que existen: el Prize for Cities, que entregará en Nueva York el World Resources Institute en pocas semanas.
Pero, para mí, ya ganamos. El día en que los barranquilleros comenzamos a usar los parques para celebrar los cumpleaños de nuestros hijos, para hacer en ellos actividad física todos los días, para encontrarnos con nuestros vecinos y, sobre todo, para cuidarlos y velar por su mantenimiento, ese día, digo, ganamos como ciudad.
Era difícil dar el paso. En su momento, la alcaldesa Elsa Noguera me delegó la creación y puesta en marcha de ‘Todos al Parque’, en una época en la que no había un solo parque público medianamente aceptable. Nadie lo creía posible. Hoy, varios años y más de 260 parques después, el mundo mira a Barranquilla y nos dice que lo estamos haciendo bien en transformación de entornos urbanos. Fueron 155 ciudades de 65 países las que participaron con sus proyectos. Y ‘Todos al Parque’ es uno de los cinco nominados.
¿Debemos seguir? Por supuesto, falta mucho. Desarrollamos un método para construir los parques como las mismas comunidades los pedían. Y así los hicimos todos. Ahora, Barranquilla desarrolla ‘megaparques’: el Bosque Urbano de Miramar, con 30 hectáreas y una pista de ciclomontañismo; el Ecoparque de la ciénaga de Mallorquín, que marcará un antes y un después en el ecoturismo de Colombia. Ambos avanzando a toda marcha en su construcción.
Lo más satisfactorio ha sido hacerlo de la mano con las comunidades a lo largo de los años. Y ahí surge la importancia de la continuidad: con planes de desarrollo que se complementaban en el largo plazo logramos llevar parques a toda la ciudad. Una revolución de espacios públicos verdes, amigables y recreo-deportivos que ha sido impulsada por Alejandro Char, Elsa Noguera y Jaime Pumarejo, y de la cual me siento orgulloso de haber hecho parte.
Por supuesto que es un orgullo estar nominado al lado de París (Francia), Odisha (India), Peshawar (Pakistán) e Iloílo (Filipinas); y además, ser la única ciudad latinoamericana finalista. Pero lo más importante es que lo hicimos los barranquilleros (de nacimiento o por adopción), con nuestros impuestos y nuestro talento.
Hoy me acuerdo de todos esos vecinos de muchos barrios con los que me cogía la noche debatiendo cómo debían quedar los parques. Son ellos los que deben recibir todos los premios y homenajes por su entrega y compromiso por hacer una ciudad mejor. Ellos ya son ganadores. Toda Barranquilla ya es ganadora. Y podemos ganar más.