Dentro de la recuperación física para quien ha perdido una parte de su cuerpo, las prótesis robóticas se convierten en su esperanza para vivir una mejor calidad de vida. Sin embargo, para la gran mayoría, esta opción puede llegar a verse como algo lejana a su realidad, puesto que muchas tienen costos muy elevados.
Esta situación se ha convertido en algo muy relevante en Colombia, en donde de acuerdo a la Asociación Colombiana de Medicina Física y Rehabilitación, se estima que la incidencia de amputación en el país es de 200 a 300 personas por cada 100 mil habitantes aproximadamente, y a la que muchos, se les dificulta con su entidad de salud poder acceder a una de estas prótesis.
Por esa misma razón, desde el sector educación se está también creando conciencia para fomentar en los estudiantes el desarrollo de nuevos proyectos tecnológicos que beneficien a estas personas con condición de discapacidad.
Ejemplo de este trabajo social, lo está llevando adelante el Colegio Cartagena International School, en donde un grupo de niños y jóvenes quienes reciben formación en robótica desde primaria, decidieron aplicar sus conocimientos y solidarizarse con uno de sus compañeros para hacerle un brazo robótico utilizando una impresora 3D y plástico reciclado.
Su nombre es Juan Esteban, tiene siete años de edad y desde su nacimiento presentó amelia congénita izquierda, una malformación que es poco frecuente en los menores y en donde hay una reducción de las extremidades, las cuales no se desarrollan con el tiempo.
Sus compañeros de colegio y familia lo describen como alguien intrépido, sociable y simpático. Entre las cosas que le gustan hacer es dibujar, la música y jugar al fútbol, pero también, le encantan los videojuegos y a raíz de este proyecto ahora le apasiona la tecnología.
Según Daniela Carvajalino, presidenta del Colegio Cartagena International School, este proyecto es de gran relevancia para los estudiantes, quienes fueron los que tomaron la iniciativa de forma autónoma de llevarlo a cabo hace aproximadamente cuatro meses y que ahora tiene un objetivo mayor, ya que buscan crear una prótesis que le sirva a otras personas de su comunidad con la misma necesidad y a un menor costo.
“De esta manera fue que nació la idea de desarrollar una prótesis con materiales de reciclaje como el plástico, puesto que se puede convertir en un filamento que pueda ser utilizado para poder generar la siguiente generación de estos brazos”, aclaró Carvajalino.
Durante este tiempo los estudiantes han evaluado cada día junto a sus profesores de tecnología las condiciones de su compañero y han utilizado diferentes softwares con los que han logrado llevar adelante pruebas sobre las posibles condiciones de carga y postura real que tendría el brazo, como también, han logrado elaborar el desarrollo del diseño y modelado en 3D de la prótesis.
“Yo definitivamente no dejo de sorprenderme, pues este es un proyecto que realmente le demuestra a uno como colegio que un sistema educativo diferente puede lograr que los mismos estudiantes sean quienes creen este tipo de iniciativas porque han recibido un modelo que desarrolla una forma de pensar diferente o un mindset orientado hacia la resolución de problemas de la comunidad utilizando la tecnología. Además, pasamos de memorizar ecuaciones a un espacio en el que los estudiantes aprenden dando respuesta a problemas de la vida real”, agregó Carvajalino.
Y es que, desde hace varios años, esta institución decidió sumarle a las matemáticas y las ciencias, materias de tecnología avanzada de forma curricular, por esa razón, desde muy temprana edad los estudiantes aprenden desde pensamiento computacional hasta inteligencia artificial, creación de apps, big data, impresión 3D, robótica y programación, entre otras cosas.
Cabe resaltar que la robótica cada vez adquiere una importancia más relevante en la educación de niños y jóvenes, puesto que ayuda a promover competencias vinculadas con las materias STEM (acrónimo de Science, Technology, Engineering and Mathematics), pero también ayuda adquirir otras habilidades transversales como el aprendizaje por proyectos, el trabajo en equipo y la resolución de problemas, además de desarrollar al mismo tiempo la creatividad de los estudiantes.
“El uso de la tecnología como medio para el aprendizaje evidencia la capacidad transformadora de la educación y permite la ampliación de la capacidad de abstracción a través de procesos de análisis y síntesis, el desarrollo de su pensamiento lógico a través de la programación estructurada, el pensamiento crítico, el desarrollo de la competencia en la expresión oral y escrita, entre otras cosas”, señaló la directiva del Cartagena International School.
Tania Martínez, quien es la mamá de Juan Esteban, asegura que este proyecto es muy importante, puesto que el beneficio de tener una prótesis tecnológica suele ser muy difícil y costosa de adquirir a través del sistema de salud, especialmente porque cuando son niños que están en desarrollo y que necesitan irse modificando.