En el Partido Liberal crece la inconformidad con el rol que está cumpliendo Simón Gaviria, hijo del director de la colectividad, César Gaviria, en la relación con la Casa de Nariño.
Según varias fuentes, pese a ser partido de gobierno los congresistas liberales se sienten relegados en la comunicación con el Ejecutivo, en la cual el interlocutor principal ha sido Simón Gaviria.
Por esa razón, y en las horas previas al momento decisivo para la reforma tributaria, el Gobierno se reunió con senadores y representantes para intentar resolver el malestar.
En el encuentro, liderado por el ministro del Interior, Alfonso Prada, y el director del Departamento Administrativo de la Presidencia, Mauricio Lizcano, los congresistas expresaron que no están siendo escuchados, pese a que son ellos quienes ponen los votos para los proyectos, conforme a la versión de varios asistentes a la reunión.
El Gobierno atendió esa inconformidad y aceptó tener un canal de comunicación directo, entendiendo también que muchos no se sienten representados con los cargos que les han sido asignados en el gabinete, como parte de la coalición de Gustavo Petro en el Congreso.
Con ese respaldo, la bancada se reunió un par de horas después con el expresidente Gaviria, quien fue derrotado en la pelea que quería seguir dando contra la no deducibilidad de las regalías en el sector hidrocarburos.
Como consecuencia, al exmandatario no le quedó más remedio que dejar en libertad a sus congresistas para que voten los impuestos al sector petrolero como consideren, destrabando así el apoyo de la colectividad al proyecto bandera del gobierno de Gustavo Petro.