Acción conjunta por la salud cardiovascular de población vulnerable
- Controlando los factores de riesgo como el uso de tabaco, la dieta poco sana, y el sedentarismo, se reduce hasta en un 80% las muertes prematuras y los factores de riesgo por enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.
- Con el Programa “Corazones Responsables en población negra” se logró formar a líderes comunitarios de Barranquilla, Tuluá y San Andrés para promover estilos de vida asociados al riesgo cardiovascular.
Según la Federación Mundial del Corazón, las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte en el mundo y cobran cerca de 18,6 millones de vidas cada año. De estas muertes, el 85% se debe a enfermedades coronarias y enfermedades cerebrovasculares y afectan principalmente a países de ingresos bajos y medianos1.
Entre los factores de riesgo asociados a estas enfermedades, se encuentran los antecedentes familiares, diabetes, niveles de colesterol, inactividad física y el consumo de tabaco.
De acuerdo con la organización, al menos el 80% de las muertes prematuras por enfermedad coronaria y eventos cerebro vascular se podrían evitar al controlar los factores de riesgo como el consumo de tabaco, la dieta poco saludable y la inactividad física2. Lo que hace indispensable realizar un llamado a la adopción de buenos hábitos para el cuidado del corazón.
Es así como Pfizer apoyó a la Fundación Colombiana del Corazón y a la Sociedad Colombiana de Cardiología en la implementación del programa educativo “Corazones Responsables en población negra”, con el propósito de ofrecer a la población formación en tres ejes transversales: el cuidado como estilo de vida, signos y síntomas de enfermedad cardiovascular y acceso al sistema de salud.
El director ejecutivo de la Fundación Colombiana del Corazón, Juan Carlos Santacruz, precisó que se realizaron 12 jornadas, llegando a cerca de 480 líderes comunitarios en Barranquilla, Tuluá y San Andrés, quienes asumieron la responsabilidad de replicar los aprendizajes en sus comunidades, lo cual hará posible que la intervención llegue a una población aproximada de alrededor de 2.500 personas, quienes podrán fortalecer sus conocimientos sobre la prevención de enfermedades del corazón y el sistema circulatorio y así disminuir el desarrollo de factores asociados a enfermedades que de manera especial afectan a estas poblaciones vulnerables.
“Este tipo de acciones comunitarias disminuyen lo que nosotros hemos denominado el analfabetismo en salud. Con el conocimiento y empoderamiento logramos que las personas adopten el cuidado como estilo de vida. Cuando se unen diferentes actores del sector de la salud para construir conocimiento para la comunidad, logramos impactar significativamente en la calidad de vida de las personas”, señaló Juan Carlos Santacruz.
“Los esfuerzos conjuntos en materia de educación son fundamentales para contribuir en el mejoramiento de la calidad de vida de los pacientes”. Así lo destacó, Ana Dolores Román, gerente general de Pfizer Colombia y Venezuela, quien afirmó además que “desde Pfizer trabajamos colaborativamente para identificar los retos y desafíos para una atención de calidad de los pacientes y así aportar al desarrollo de soluciones sustentables para abordarlos”.
María Fernanda Velasco, directora médica de Pfizer en Colombia, reforzó la importancia de “contribuir al país en la adopción de hábitos saludables para la prevención del riesgo cardiovascular y la detección temprana de signos y síntomas, información que puede salvar muchas vidas”. Esto teniendo en cuenta que el Ministerio de Salud y Protección Social indica que las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de morbilidad y mortalidad a nivel mundial y que Colombia no es la excepción .
El corazón es el músculo más fuerte del cuerpo1 y para cuidarlo es necesario mantener adoptar el cuidado como estilo de vida. Hacemos un llamado a seguir fortaleciendo la alfabetización en salud de pacientes y sus cuidadores en Colombia, para lograr entre todos elevar la calidad de vida, retrasar la llegada de factores de riesgo y generar condiciones para el bienestar y el buen vivir, especialmente de las poblaciones que tienen más dificultades para acceder a los servicios de salud.