En gritos e insultos terminó de manera virtual una diligencia judicial en Fonseca, La Guajira, donde los protagonistas dejaron de ser el demandante y acusado, por el juez y un abogado.
La situación fue de tal magnitud y caldeándose los ánimos, tanto que ambos llegaron al punto de estar en la mira de la sala disciplinaria, luego que la jueza primera penal de garantías arremetió contra el legista defensor de dos patrulleros capturados y encarcelados por presuntamente haberle exigido dinero a un ciudadano.
Sin embargo, para no dejaba de ser más que un lío de faldas, pues uno de los patrulleros tendría una relación amorosa con una mujer y el esposo de la señora habría hecho una falsa denuncia.
“El denuncio que usted ha instaurado en calidad de víctima ha sido más por una retaliación de un enamoramiento de un patrullero con su querida esposa, o algo así le entendí en medio de la novela que nos organizó”, dijo la jueza.
A lo que el abogado respondió: “Ninguna novela, respéteme, señora juez, yo no soy aquí Gustavo Bolívar… ¿esto qué, ‘Café con aroma de mujer’, ‘Pasión de gavilanes’ o qué?”.
Acto seguido, la togada expresó su disgusto: “¿Terminó, vulgar e irrespetuoso?”. Pero la situación estaba lejos de terminar.
“No grite, su señoría, por favor”, dijo el abogado a la jueza, que aseguró que ese era “su tono de voz” y que hablaba fuerte porque es “caleña” y no es una “mojigata” ni “tolimense”.
El abogado le volvió a contestar y le pidió que no lo irrespetara ni lo discriminara, pero la jueza alzó de nuevo la voz y dijo: “Doctor, cállese que no le he dado uso de la
palabra”.
Este rifirrafe entre ambas partes terminó con una petición de investigación por parte de la juez en contra del abogado. Ahora, la Comisión de Disciplina indagará las actuaciones de la encargada de impartir justicia.