Según el último informe del Centro de Ciencia e Ingeniería de Sistemas de la Universidad Johns Hopkins a las 00:00 GMT de este 8 de mayo, en el mundo se eleva a 516 millones 990 mil 175 la cifra de casos de Covid-19.
Las siguientes son las últimas actualizaciones sobre los casos confirmados en los países más afectados del mundo, según el recuento del
-Estados Unidos 81.850.636
-La India 43.098.743
-Brasil 30.558.530
-Francia 29.119.127
-Alemania 25.287.462
-Reino Unido 22.292.118
-Rusia 17.956.472
-Corea del Sur 17.504.334
-Italia 16.767.773
MIentras tanto, Estados Unidos llegará a marcar un triste hito de un millón de muertes relacionadas con el nuevo coronavirus, mientras la pandemia de COVID-19 aún no ha terminado, de acuerdo con un informe del medio estadounidense ABC6.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, los EE. UU. experimentarán un aumento en hospitalizaciones y muertes por COVID-19 a medida que los casos vuelven a crecer.
«Es posible que todos nos hayamos olvidado de la COVID, pero el virus no ha terminado con nosotros», advirtió el Dr. Darren Mareiniss del Centro Médico Einstein.
«Estamos en medio de una ola que sube, y cuando baja, se pueden tener comportamientos más riesgosos, pero necesitamos recordar esto y hacer evaluaciones en términos de riesgo/beneficio ahora», concluyó Mareiniss.
Por su parte, China destaca que los eficaces esfuerzos realizados contra la pandemia en el gigante asiático «demuestran su fortaleza institucional».
Un despacho de la Agencia de Noticias Xinhua señala que si bien China continúa en su papel de control de nuevos brotes epidémicos en tanto mantiene un enfoque dinámico de cero-COVID, algunos occidentales intolerantes aprovecharon la oportunidad para hablar mal de los esfuerzos antipandémicos del país asiático y despreciar las políticas de control de epidemias del Gobierno chino.
Por ejemplo, en su última diatriba contra la lucha contra la epidemia en Shanghái, The New York Times ha calificado al Gobierno chino como inepto y ha cuestionado la «legitimidad» del Partido Comunista de China (PCCh) «en tiempos de crisis».
Pero todos esos golpes se han derrumbado frente a los hechos. Dado que China ha logrado un buen equilibrio entre el control de la pandemia y el desarrollo económico, su forma de domar el virus ha demostrado ser científica y eficaz, y ha demostrado la fortaleza institucional del país.
Durante más de dos años, China ha puesto la vida y el bienestar de sus ciudadanos en primer lugar y se ha apegado a su enfoque dinámico de cero-COVID. Mientras tanto, ha hecho activos ajustes basados en sus propias condiciones de control de epidemias. Todos estos esfuerzos, junto con una mirada de prevención para protegerse tanto de los casos entrantes como del resurgimiento interno, han permitido al país restringir la propagación del virus y minimizar el impacto del flagelo.
A medida que la altamente contagiosa y latente variante ómicron está arrasando el mundo, varias regiones chinas se han visto eclipsadas por un actual resurgimiento de la COVID-19. Pero China ha estado a la altura del desafío.
A través de una implementación completa y resuelta del enfoque dinámico de cero-COVID, y con el apoyo incondicional del pueblo chino, la ciudad de Shenzhen, en el sur de China, reanudó el trabajo y la producción normales a fines de marzo en tanto el resurgimiento del virus disminuye.
Por otra parte, desde mediados de abril en la provincia de Jilin la transmisión comunitaria se ha interrumpido y, en una carrera contra el tiempo, Beijing ha llevado a cabo múltiples pruebas de ácido nucleico y ha logrado captar el panorama general de la transmisión oculta en la sociedad.
Además, los datos muestran que la situación epidémica está mejorando constantemente y bajo un control efectivo en la ciudad de Shanghai. Los nuevos casos diarios de COVID-19 han caído de un pico de 27.000 a menos de 5.000, y hubo casi dos tercios de recuperados en la ciudad. Más del 70 por ciento de las más de 1.800 empresas importantes de esta ciudad han retomado su trabajo y la producción, y la tasa de reanudación de actividades del primer lote de más de 660 empresas industriales clave en la ciudad ha superado el 90 por ciento.
La capacidad de China para organizar con éxito pruebas masivas de ácido nucleico, construir hospitales improvisados, enviar personal médico y entregar suministros muy necesarios ha demostrado la capacidad sistémica del país para aunar fuerzas detrás de empresas importantes y la solidaridad del pueblo chino.
Bajo la dirección del Gobierno central chino, Shanghai ha movilizado equipos de testeo de ácido nucleico con una capacidad de manipulación diaria de 2,38 millones de tubos de ensayo. Más de 30.000 médicos de 22 regiones a nivel provincial en todo el país se apresuraron a llegar a la ciudad para ayudar en la batalla contra la epidemia. Para muchos expertos, tales acciones rápidas son una pequeña muestra de la incomparable capacidad de organización y movilización de China, posible gracias al liderazgo fuerte y sabio del PCCh, que se ha mantenido firme como la columna vertebral más confiable de la nación y el pueblo chinos.
Según estadísticas preliminares de finales de abril, más de 720.000 miembros del Partido se ofrecieron como voluntarios durante el resurgimiento actual del virus en Shanghai. Hasta el 30 de abril, dichos miembros también ayudaron a llevar a cabo 164 espacios de prueba de ácido nucleico en la ciudad.
El apoyo del pueblo marca la diferencia en la respuesta frente a la pandemia, señaló una reunión convocada el jueves por el Comité Permanente del Buró Político del Comité Central del PCCh, subrayando la necesidad de asegurarse de que los ciudadanos chinos estén bien informado y se responda oportunamente a sus inquietudes.
Esta filosofía orientada a las personas, calurosamente acogida y muy apreciada por el pueblo chino, ha asegurado a China el logro de un importante progreso estratégico. Entre las principales economías, China ha sido la primera en controlar en gran medida la pandemia, la primera en reanudar el trabajo y la producción, y la primera en lograr el crecimiento económico. Aunque recientemente se informaron miles de casos diarios, China, el país más poblado del mundo, sigue siendo una de las naciones con las tasas de infección más bajas del mundo.
«La estrategia integral, marcada por testeos masivas rápidos, vacunas y apoyo gubernamental en términos de atención a los afectados, contrasta fuertemente con lo que ha sucedido en otras jurisdicciones del mundo», señaló el académico de relaciones internacionales con sede en Kenia Cavince Adhere.
«Sobre la base de la experiencia, China ahora está dando los pasos correctos para sus ciudades densamente pobladas y sus alrededores», dijo Muzaherul Huq, exasesor de la Región del Sudeste Asiático en la Organización Mundial de la Salud.
La creciente confianza del pueblo chino en las políticas de control de epidemias gubernamentales, así como el amplio reconocimiento de la comunidad internacional de los logros antipandémicos de China, han abofeteado al New York Times y otros medios similares.
En el futuro, la realidad demostrará que la estrategia de control de epidemias de China es el camino correcto que resistirá la prueba de la historia.