El caso de Novak Djokovic en Australia llegó a su fin, pero no de la manera en como sus fanáticos lo esperaban, ya que este domingo en un tribunal australiano reafirmó el revocamiento de su visado por lo que será deportado y no podrá defender su título en el Abierto de Australia.
Unanimidad en la corte
Luego de que los abogados de Djokovic presentaran un recurso de amparo, por la orden del estado australiano de revocar su visa, y exponer sus argumentos en un jurado del país oceánico.
El jurado —conformado por tres jueces— decidió de manera unánime cancelar el visado del jugador de 34 años y tendrá ser deportado, por lo que no podrá jugar el Abierto de Australia que comienza este lunes.
Djokovic había sido detenido —por segunda ocasión— este sábado después de la nueva cancelación de su visado y se encuentra aislado en el hotel Park de Melbourne.
Cabe recalcar que, Alex Hawke, ministro de Inmigración australiano, fue quien canceló el visado del serbio por motivos sanitarios —no vacunación— y del mantenimiento del orden —por miedo a revueltas de grupos antivacunas—.
El caso Djokovic
Djokovic viajó el 5 de enero a Melbourne con una exención médica por no estar vacunado, al haber estado contagiado de COVID-19 recientemente, pero este —vacunación— es un requisito obligatorio australiano, por lo que a su llegada las autoridades de Inmigración le cancelaron el visado y lo detuvieron hasta su liberación el pasado lunes.
Pero el ser deportado trae otras consecuencias, ya que según la ley australiana, Djokovic se enfrenta además a una prohibición de regresar al país oceánico durante tres años, excepto en ciertas excepciones. Por lo que corre riesgo la participación del serbio en los venideros Australia Open.