El alcalde de Barranquilla, Jaime Pumarejo Heins, presentó hoy los primeros 5 proyectos de un paquete de grandes inversiones con las que aspira a generar empleos y nuevas oportunidades para la ciudad en el 2021.
Amparadas en el Plan de Desarrollo 2020-2023, las inversiones se constituyen en un nuevo paso de la Administración distrital en su propósito de convertir a Barranquilla en una ciudad equitativa, conectada, atractiva, próspera y biodiversa.
“Este es un tren de progreso que ya arrancó y en el que no vamos a dejar atrás a ningún barranquillero”, dijo el alcalde, al presentar las iniciativas.
Las licitaciones, que saldrán entre este mes y enero de 2021, permitirán la recuperación integral de la ciénaga de Mallorquín; la construcción del Gran Bazar, piedra angular en la recuperación del Centro Histórico; una nueva fase del programa Barrios a la Obra, que dejará completamente pavimentados a numerosos sectores; el Plan maestro de arroyos, que será la ruta para la construcción del alcantarillado pluvial que demandan al menos tres localidades, y la construcción y reconstrucción de los andenes que devolverá esos espacios naturales al peatón.
“Estos proyectos consolidarán el proceso de transformación en el que está Barranquilla desde hace doce años y nos harán sentir orgullosos de vivir en esta ciudad”, dijo el alcalde Pumarejo.
Con ellos -recalcó- “vamos a generar turismo, empleo y, lo más importante, calidad de vida para los barranquilleros”.
Señaló que en ese empeño “demostraremos que somos una ciudad de vanguardia y ejemplo para otras ciudades de este y otros países, en el sentido de que se puede crecer de manera ordenada y, al mismo tiempo, generar ingresos y bienestar para nuestra gente con entornos e intervenciones sostenibles”
Los proyectos
El primer proyecto es la Recuperación de la ciénaga de Mallorquín, que se alinea con la visión Barranquilla 2100 que se ha venido trabajando desde hace varios meses con una de las firmas de urbanismo más importantes del mundo y en equipo con arquitectos e ingenieros barranquilleros.
“Llevábamos años degradando este tesoro que la naturaleza nos regaló; ahora lo asumimos y lo arropamos, con un proyecto que cambiará la historia de la ciudad y asegurará un hogar sostenible para nuestra fauna y flora, el nuevo lugar preferido de los barranquilleros y una demostración de que la sostenibilidad se puede volver modelo de desarrollo”, señaló Pumarejo.
El proyecto contiene 7 intervenciones. Las obras que saldrán a licitación el próximo año tiene un costo aproximado de 169.000 millones de pesos, y contemplan: la construcción del ecoparque, la recuperación de la playa de Puerto Mocho, la recuperación del cuerpo de agua y el tajamar con el tren turístico.
El gerente de Puerta de Oro, Ricardo Vives, indicó que el proyecto se enmarca, además, en la visión de biodiverciudades y “busca restablecer los vínculos entre la ciudadanía y las dinámicas naturales costeras, visibilizar el patrimonio natural, y proveer nuevos espacios públicos como piscina natural, muelles para actividades náuticas, restaurantes, senderos peatonales, ciclorrutas”.
El Gran Bazar, por su parte, será una moderna plaza de mercado de 20.000 metros cuadrados que el Distrito construirá en el lote ubicado entre las carreras 41N y 42, y las calles 7, 8 y 9, y alojará a más de 1.000 vendedores estacionarios del sector de Barranquillita.
Con este proyecto empieza la recuperación y transformación del Centro Histórico
“Toda gran ciudad tiene un gran mercado, y Barranquilla no será la excepción”, dijo el alcalde, al señalar que el Gran Bazar será un lugar para comprar y contemplar. El gerente del Centro, Ángelo Cianci, aseguró que las familias que llevan años asoleándose con su puesto de frutas y verduras tendrán ahora un espacio digno y salubre, que ha sido diseñado como una extensión de la calle.
Los comerciantes que serán reubicados allí estarán acompañados del Centro de Oportunidades de la Alcaldía para que se conviertan en empresarios, ya que muchos de ellos trabajan en puestos y carretillas que no son suyos.
El valor del proyecto es de 37.000 millones de pesos
Con el ordenamiento de 3 macrozonas de la ciudad, por su parte, arranca, el proyecto de recuperación de andenes. Los peatones ya no van a tener que pelearle sus espacios naturales al comercio ni a los vehículos, porque “se los devolveremos nuevos, arborizados, con mobiliario y senderos incluyentes”, señaló el alcalde.
Con este proyecto, que tiene una inversión inicial de de 30.000 millones de pesos, Barranquilla consolidará el proceso de transformación del entorno urbano que empezó con la construcción y recuperación de parques y la pavimentación de las calles.
Por medio de la regularización y estandarización de los primeros 25 kilómetros de andenes los peatones, personas con movilidad reducida y usuarios de la bicicleta contarán con espacios urbanísticos y paisajísticamente sostenibles. Paralelamente con estos espacios públicos nacerán las Zonas de Estacionamiento Regulado Z.E.R., las cuales se integran a la necesidad de parqueo en algunas áreas, en las bahías públicas que ya tiene la ciudad.
Con la nueva fase de Barrios a la obra, muchos sectores de las localidades de Suroriente, Suroccidente y Metropolitana quedarán completamente pavimentados. El programa bandera de la Administración distrital, que ha mejorado sustancialmente su calidad de vida de la población, proyecta construir 116 kilómetros en 683 vías, con sus respectivos andenes, bordillos, instalación de redes de acueducto y alcantarillado y arborización si se necesitan. Más de 530.000 habitantes se beneficiarán.
“Cuando pavimentamos una calle, cambiamos la historia de vida de la gente que antes estaba secuestrada por el barro y no podía calzarse los zapatos, llegar a la puerta de su casa en taxi o recibir una ambulancia si ocurría alguna calamidad”, señaló Pumarejo.
Las nuevas obras arrancan en enero. Rafael Lafont, secretario de Obras, dijo que el Distrito abrirá 12 frentes de trabajo al tiempo, en igual número de sectores.
En el 2021 serán licitados tramos de Barrios a la Obra por 100.000 millones de pesos, un monto histórico según los presupuestos que ha tenido el proyecto desde que empezó hace más de una década.
Con la canalización de los arroyos barriales, mientras tanto, el Distrito busca subsanar el error que la ciudad cometió hace más de 100 años, cuando creció de manera desordenada y sin un plan de alcantarillado pluvial.
Pumarejo destacó el esfuerzo que hicieron las administraciones anteriores por enterrar las escorrentías más peligrosas, con proyectos audaces y los impuestos de los barranquilleros. “Aquí la plata rinde y se ve”, dijo.
El Plan identifica y perfila las soluciones más óptimas para 58 arroyos que aún quedan en Barranquilla. La administración Pumarejo canalizará 9.000 metros lineales de ellos en los próximos tres años, a partir de apuestas hidráulicas que, según Alberto Salah, gerente de la ADI, se enfocarán no solo en soluciones paisajísticas sino en el mejoramiento de la calidad de vida de las personas que están bajo la zona de influencia de esos cuerpos de agua y que ya no sufrirán más por ellos.
“El sueño de un alcantarillado pluvial empieza a hacerse realidad”, señaló. El Plan de Arroyos, justamente, es el complemento de la canalización de las escorrentías de la cuenca oriental y del mejoramiento de receptores, como el caño de La Ahuyama, que llevará la cobertura del alcantarillado pluvial de la ciudad por encima del 90 por ciento.