Dándole validez a pruebas claves como el testimonio del exfiscal Luis Gustavo Moreno, le valió al Tribunal para la decisión.
Así lo determinó este miércoles el Tribunal Superior de Bogotá a través de un fallo de segunda instancia en el cual decidió reducir de 19 años y un mes a 16 años y 4 meses de prisión, al expresidente de la Corte Suprema de Justicia, Francisco Ricaurte, condenado por el escándalo de corrupción de las altas cortes, denominado como el ‘cartel de la Toga’.
“De examen probatorio se puede concluir que existió un acuerdo de voluntades encaminadas a manipular procesos tramitados ante la Corte Suprema y como contraprestación recibir altas sumas de dinero, mancillando de esta forma la administración de justicia“, indicó ese tribunal.
Sobre el particular, se recuerda que el exmagistrado fue hallado responsable por los delitos de concierto para delinquir, cohecho por dar u ofrecer y utilización indebida de información oficial privilegiada en calidad de interviniente.
Sin embargo, el cargo por el delito de tráfico de influencias de particulares por el cual también se le condenó en primera instancia, el tribunal en este último concluyó que este cargo prescribió.
No obstante en la lectura de sentencia, quedó claro que “era el procesado (Francisco Ricaurte) y sus compañeros de andanzas, quienes acudieron a maniobras subrepticias para aprovechar esa complejidad y lograr que se emitieran decisiones a su conveniencia”.
Las pruebas recolectadas permitieron demostrar que el exmagistrado Ricaurte fue pieza clave del entramado de corrupción judicial, que permeó la Sala Penal de la Corte Suprema de Justicia.
Los magistrados del Tribunal Superior de Bogotá acogieron los argumentos de la Fiscalía que probó técnicamente y a través de testimonios, que Ricaurte lideró una organización criminal que recibió al menos en tres oportunidades sobornos para tergiversar las investigaciones adelantadas contra congresistas y ex gobernadores.
“La organización delincuencial conociendo el manejo interno de los casos que se tramitaban buscaban torcerlos, de cara a lograr lo prometido a sus clientes o por lo menos se aprovechaban de la información que tenían a su alcance para ese objetivo“, manifestó el magistrado al anunciar la condena.
El tribunal le dio validez a testigos clave como fue la declaración bajo juramento rendida por el exfiscal anticorrupción Luis Gustavo Moreno, al considerar que se demostró que nunca existió un interés perverso por parte del condenado exfuncionario para incriminar al expresidente de la Corte.
Según el magistrado del tribunal, la experiencia advierte que cuando una persona decide asumir las consecuencias de reprochables acciones por delitos graves y se autoincrimina, afecta no solo su situación penal, social y familiar, sino que también demuestra que busca decir la verdad.