La exposición al “humo de segunda mano” en elmundo hoy día parece ser mucho más grave de lo que se conoce y se cree. Esta exposición es la que se dá cuando las personas que no están fumando respiran el humo que está siendo exhalado por los fumadores o el humo que resulta de la quema de productos del tabaco.
En la edición de diciembre de 2021 se publica en The Lancet una investigación resultante del análisis de los datos de la más reciente Encuesta Mundial sobre el Tabaco Juvenil (GYTS por la sigla en inglés para Global Youth Tobacco Survey), que es una encuesta realizada a nivel nacional en 142 países entre los años 2010 y 2018, con cerca de 712 mil participantes, con el propósito de evaluar la prevalencia de la exposición al “humo de segunda mano” entre adolescentes entre 12 y 16 años en esos países. La precitada investigación contó con la financiación del Equipo Juvenil de Humanística y Ciencias Sociales de la Universidad de Shandong, Jinan, China.
Lo importante de esta investigación (Global trendsin the prevalence of secondhand smoke exposureamong adolescents aged 12-16 years from 1999 to 2018: an anlysis of repeated cross-sectionalsurveys), es que pone nuevamente sobre el tapete la importancia de considerar y dimensionar la exposición de la población no fumadora al “humo de segunda mano” como un problema de salud pública en el mundo, así como analizar lo que al respecto se está haciendo y se debe hacer por las autoridades en los países para proteger a esta población juvenil así expuesta. Lo anterior cobra relevancia cuando se ha establecido la relación causal de la exposición al “humo de segunda mano” como factor generador de morbilidad y mortalidad prematura tanto en adultos como en niños.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la exposición al “humo de segunda mano” es la causa de cerca de 1,2 millones de fallecimientos anuales. Así también, para la OMS casi la mitad de todos los niños en todo el mundo se exponen al “humo de segunda mano”, documentándose que aproximadamente 65 mil niños mueren por enfermedades relacionadas con el “humo de segunda mano” cada año.
Para mencionar los datos de sólo una anualidad, en el 2004 la OMS reportó 165 mil muertes de niños por infecciones de las vías respiratorias en niños menores de 5 años y 1.150 muertes por asma en menores de 15 años, todos estos fallecimientos por exposición al “humo de segunda mano”. Este factor de riesgo, además de relacionarse con enfermedades respiratorias, se vincula con marcadores subclínicos de enfermedad cardiovascular en la edad adulta, incluyendo placas ateroescleróticas en las arterias carótidas de los mayores, aunque también se han visto estos efectos en la población infantil.
El estudio abordó los dos tipos de exposición a este factor de riesgo, pues analizó tanto la exposición en espacios abiertos y públicos como la que ocurre en ambientes más cerrados como son los hogares de estos jóvenes adolescentes, e inclusive la intensidad de exposición en ambos tipos de ambientes.
El análisis de la GYTS reveló que en los 142 países en los que se adelantó la encuesta, el 62,9% de los adolescentes entre 12 y 16 años de edad, estuvieron expuestos al “humo de segunda mano” desde el año 2010, siendo la mayoría de esta exposición en lugares públicos, aunque cada uno de estos países manejó variaciones sustanciales.
De igual forma, fueron evidentes las diferencias en la exposición entre los países que ratificaron el Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT) y aquellos países que no lo ratificaron. Es así que en 131 países se evidenció una disminución general de la exposición al “humo de segunda mano”, pero no en todos los lugares. Si bien hubo una disminución de esa exposición en el hogar en la mayoría de los países, preocupa y mucho que también hubo un aumento o no hubo cambio en la exposición al “humo de segunda mano” en lugares públicos en la mayoría de los países.
Ese hallazgo sugiere que a pesar de los esfuerzos logísticos y financieros que se han realizado para controlar el tabaco durante los últimos 20 años, la exposición al “humo de segunda mano”, principalmente en los lugares y ambientes públicos,el problema continúa y como parte de la agenda de la salud pública mundial debe intervenirse cuanto antes.
Al analizarse la exposición poblacional, se sabe que los menores, tanto los niños como los adolescentes, son los que psicológica y biológicamente más vulnerables resultan estar ante el “humo de segunda mano”. Por ello, las restricciones y las prohibiciones de la publicidad que incentiva al consumo del tabaco, así como la adopción e implementación de políticas libres de humo para la protección de este grupo poblacional, deben ser prioridades al momento de definir las agendas de políticas sanitarias en los diferentes países.
Es innegable que si bien se han dado avances positivos en ese sentido, también resulta prioritario adelantar un trabajo intenso para reducir la exposición al “humo de segunda mano” entre los niños y los adolescentes, especialmente a partir de intervenciones transversales que incluyan la familia, la escuela y la comunidad de tal modo que sea posible la creación de una sociedad libre de humo.
Los investigadores creen que algunas de las causas para el aumento de la prevalencia del tabaquismo en los lugares públicos es que las prohibiciones de fumar no se han aplicado adecuadamente para y en ambientes cerrados, además de una implementación débil del CMCT en países con poca voluntad política de mermar el consumo del tabaco y además, la tolerancia social que sigue aplicándose a este consumo.
En ese mismo orden de ideas, otra razón podría ser el bajo costo de los productos del tabaco debido al bajo impuesto especial y al fácil acceso a dichos productos en algunos países, situación que conlleva al aumento del consumo de tabaco y, por lo tanto, a la exposición al “humo de segunda mano”.
En síntesis, no puede negarse que la exposición “al humo de segunda mano”, es un gravísimo problema de salud pública en el mundo. Este hecho implica que un factor de riesgo tan claramente identificado y contra el que existe ya una política sanitaria mundial que se definió para prevenirlo y limitarlo, siga siendo hoy un factor generador de morbilidad variada y mortalidad prematura tanto en adultos como en niños que se exponen a él.
Las cifras del estudio demuestran que la prevalencia de la exposición al “humo de segunda mano” ha disminuido en los hogares, pero no así en los lugares públicos, espacios en los que se aumentó o mantuvo en igual dimensión en las últimas 2 décadas.
Todos estos hallazgos enfatizan que existe una franca necesidad de fortalecer las políticas públicas libres de humo en todo el mundo, especialmente como se ha evidenciado con el análisis realizado, en los lugares públicos y en todos los espacios interiores. Hay que evitar a toda costa que una población tan vulnerable biológica y psicológicamente a la acción del “humo de segunda mano” siga exponiéndose y así se le esté generando morbilidad y mortalidad evitables.
En resumen: que los que fumen, no hagan que el humo que exhalan cuando lo hacen, enferme y hasta mate a la población que se expone a ese humo sin fumar…¡no es justo que un vicio de unos sea la causa de la enfermedad y la muerte de la población que no tiene ese vicio pero que su salud y su vida si están en riesgo al exponerse al “humo de segunda mano”!