El canciller cubano, Bruno Rodríguez, denunció una “operación fallida”, luego de que el gobierno comunista haya acusado durante semanas a Estados Unidos de querer desestabilizar Cuba con una manifestación, convocada para reclamar la liberación de los presos políticos.
“Algunos de mis colegas en Washington parece que se quedaron vestidos para nada, para la fiesta suya que no ha ocurrido”, dijo Rodríguez en una transmisión en redes sociales.
Más tarde, Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, señaló en un comunicado que el gobierno cubano recurrió a duras penas de prisión, a detenciones esporádicas y a técnicas de intimidación en su intento de silenciar la voz del pueblo cubano.
Francia también urgió el lunes en un comunicado a La Habana a “garantizar el derecho de la población cubana a reunirse y manifestarse pacíficamente”, señalando que sigue “con preocupación” la situación.
Hacia las 3:00 de la tarde hora local, cuando estaba prevista la manifestación en La Habana y en seis provincias más, las calles de la capital estaban en calma, bajo una fuerte vigilancia de policías uniformados o de civil.
El canciller ironizó puntualizó que “el guión no ha sido bueno y la puesta en escena ha sido peor”.
En cambio, calificó la jornada del lunes como “festiva” con la llegada de “decenas de vuelos” que “ha reanimado el turismo internacional”.